El aroma del agave cocido impregna cada rincón de la hacienda tequilera La Cofradía, que desde 1992 abrió sus puertas para que el viajero pudiera dormir en medio del paisaje agavero, declarado Patrimonio de la Humanidad.

Inició con cuatro habitaciones convencionales, pero ahora se han añadido 17 muy peculiares: el huésped descansa dentro de una enorme barrica personalizada. Cada una está inspirada en las diferentes marcas de tequila que produce la hacienda. Como parte de la experiencia, el viajero es consentido con una botella en cortesía y una terraza con vista hacia los campos de agave.

Para complementar su escapada, el viajero puede elegir entre 27 recorridos, dentro o fuera de la hacienda. La cata sensorial es exclusiva de los huéspedes. De noche se organiza una caminata por los campos de agave para sentir su textura; la fábrica es el siguiente punto, donde se muestra el proceso de destilación. El paseo concluye con una cata guiada.

Otra opción es la visita a El Legado, una cantina tradicional en el Pueblo Mágico de Tequila, ubicado a dos kilómetros. El negocio abrió en 1940, desde entonces prepara sus cazuelas “Inguesu”, preparadas con frutas, refresco de toronja y tequila. Según las creencias, por cada fruta que el cliente exprime en su boca está alejando las malas vibras. El mismo elixir se puede aprende a elaborar en una clase de coctelería, que más tarde terminará en un torneo de dominó.

Un paseo en bicicleta por el pueblo, una excursión a las minas de ópalo, una tarde de aventura rapeleando la barranca El Aguacatillo, o un taller para elaborar botellas de cerámica, son actividades suficientes para un feliz fin de semana.

La Cofradía tiene un restaurante seis metros bajo tierra. Resalta los platillos principales de las cinco regiones que forman parte de la denominación de origen del tequila: Jalisco, Tamaulipas, Michoacán, Nayarit y Guanajuato.
Teléfonos: 01 (33) 1955 4800 al 07.
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