1. Bodie, California
Dicen que si te llevas sin permiso algún souvenir de este pueblo, aunque sea una roca, la mala suerte caerá sobre ti. En la década de 1870 fue un importante centro minero de donde se extraía oro. Incluso llegó a tener 10 mil habitantes. Hoy solo queda un montón de casas de madera, así como vestigios de su esplendor y la vida de antaño. Fue designado Sitio Histórico Nacional, cuenta con un museo y una tienda. Sus casas, iglesia y saloons pueden ser visitados solo de día. Tres veces al año se hacen recorridos nocturnos para observar estrellas y contar historias de apariciones. www.parks.ca.gov

2. Garnet, Montana
Es el pueblo mejor conservado de la Unión Americana. Basta con recorrer su viejo hotel para comprobarlo. Abandonado totalmente en 1960, alguna vez fue proveedor de oro y rubíes. En invierno, es un deleite recorrer los caminos que lo rodean. www.visitmt.com

3. Goldfield, Arizona
Solo para excéntricos. Se encuentra en las Montañas de la Superstición, donde hay una mina de oro escondida; al menos eso es lo que se cree. En el pueblo, del siglo XIX, se arman paseos en tren y representaciones del Viejo Oeste. www.visitarizona.com

4. Kennecott, Alaska
Es el mejor lugar para conocer el funcionamiento de una mina de cobre. Se ubica en el Parque Nacional Wrangell-St. Elias, el más grande del país. Además del terreno de extracción, cuenta con instalaciones completas donde se procesaban los materiales obtenidos. El esplendor del pueblo se dio a comienzos del siglo XX, y se desplomó durante la Gran Depresión. Alrededor de 300 personas trabajaban en la planta y otras 300 descendían a las minas. A menos de un kilómetro se localiza un hotel que ofrece recorridos guiados a través de la instalación minera. www.nps.gov

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