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Guadalajara.— Final agónico. El portero de Chivas metido en el área rival, en busca de la igualada que nunca llega. Un partido cargado de emoción, entrega y polémica arbitral. Un Clásico a la altura. Pero después del silbatazo, sólo un equipo salta sobre el terreno de juego. Es el de amarillo. Las Águilas se han llevado el duelo del honor. Un 2-1 en la casa del acérrimo rival.

Arranque de motivaciones disímiles: Chivas, a tope; América, no se ve. Los primeros minutos se pintan de rojo y blanco. La ya habitual inestabilidad de las Águilas se hace presente. Un equipo que lo mismo puede golear, que ofrecer una noche gris. Y Guadalajara se aprovecha de eso para apropiarse de la redonda.

Minuto 16. Pelota que Edwin Hernández pone elevada con la testa. Saltan Omar Bravo y José Guerrero. Un roce deja solo dentro del área a Isaac Brizuela. ‘Conejito’ define de buena manera. Vence a Hugo González. Las redes se estremecen. El silbante Fernando Rodríguez nada dice. Tampoco sus abanderados.

El estadio Chivas explota. Hay mayoría rojiblanca y se desata la fiesta. Los visitantes protestan. Corren hacia la banca. El asistente dos, Alejandro Ayala, les hace una seña para que vayan al centro del campo. Valida el gol. Hasta que Rubens Sambueza grita con mayor fuerza. Entonces, levanta la bandera.

Se anula el gol del Guadalajara. La polémica se desata. Jugada rápida. Difícil de apreciar. En las repeticiones, es ‘Chepe’ Guerrero quien roza la redonda para dejar solo al ‘Conejito’. El fuera de juego no existe. Y lo que deja peor parado al cuerpo arbitral es que invalida la acción sólo hasta que frecibe los reclamos. El Clásico Nacional está manchado.

No hay más. Al descanso sin hacerse daño y con polémica arbitral. Pero América, cuando aprieta, es capaz de sentenciar. Pelota elevada, Oribe Peralta toca hacia atrás. Carlos Darwin Quintero mide. Zapatazo violento. La redonda se aleja del lance de Rodolfo Cota. Golazo de las Águilas, al 48’. El colombiano baila.

Chivas queda tocado. ‘Deditos’ falla y Sambueza centra. Oribe cabecea cómodo. Gol, al 59’. Fiesta amarilla.

Guadalajara se hunde. Cisneros se va expulsado un minuto más tarde. El alma vuelve al cuerpo al 69’... Paolo Goltz también se va.

En igualdad, el Rebaño reacciona. Carlos Peña, de cambio, con un toque suave supera al arquero visitante. Tercer gol del ‘Gullit’. Con el 2-1, al 72’, Chivas aún vive.

Final de vértigo. El grito de gol se ahoga en la garganta de miles de rojiblancos. Se agregan siete minutos y el Clásico vive varios conatos de bronca. El Clásico es azulcrema, pese a todo.

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