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Los Ángeles.— Muy temprano, sonriente y arrastrando su maleta, llegó Juan Carlos Osorio al aeropuerto de esta ciudad.

El colombiano arribó para arreglar detalles de su contrato, platicar con Decio de María y Guillermo Cantú, presidente y secretario general de la Federación Mexicana de Futbol, y ver el juego entre México y Estados Unidos.

A pesar de todo, aún no puede decirse, oficialmente, que es el nuevo técnico de la Selección Mexicana. Cuestión de días.

“Vengo feliz”, dijo sin detenerse, sonriendo nerviosamente, bajando la cabeza y sin dejar de caminar.

Las preguntas llegan, pero las respuestas son cortas. “Hay un cuerpo técnico al que hay que respetar, no hay nada de qué hablar”, dijo de un modo amable, tratando de no decir más.

“Nada se ha firmado…”, dijo.

“Hay un duelo muy importante en puerta. Estoy feliz porque voy a verlos”, dijo, y se fue, abordó un auto y se perdió en la inmensidad de la ciudad angelina, pero todo el mundo sabía a dónde iba a ir, y que iba a hacer. Era su primer contacto con los federativos mexicanos.

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