El presidente francés, François Hollande, aseguró que los aficionados que acudieron al Estadio de Francia de Saint Denis, al norte de París, para asistir al partido inaugural de la Eurocopa no han tenido finalmente problemas de transporte, pese a la huelga de ferrocarriles.

"Los espectadores han podido venir al estadio sin ninguna dificultad", afirmó Hollande en una breve declaración al canal "TF1" desde las tribunas del campo, apenas media hora antes de que comenzara el encuentro entre Francia y Rumanía.

Insistió en que el tráfico de trenes y automovilístico había sido "fluido" y que se había garantizado la seguridad: "Todo el mundo se ha conformado a las reglas, incluidos los 20.000 rumanos presentes".

La amenaza sobre el funcionamiento de las dos líneas de cercanías del ferrocarril que llegan al Estadio de Francia planeaba después de que algún responsable de la Confederación General del Trabajo (CGT) hubiera avisado de que los maquinistas encargados de esos trenes iban a hacer paro hoy "masivamente".

El secretario general de la CGT, Philippe Martínez, que es el líder de la protesta contra la reforma laboral del Gobierno de Hollande, no obstante, había rebajado la tensión al pedir hoy mismo a los trabajadores que respetaran la Eurocopa.

Varios miembros del Ejecutivo, incluido el presidente, habían insinuado que estaban dispuestos a obligar a los maquinistas a volver al trabajo bajo amenazas de sanciones penales.

Más allá de ese asunto de tensión, Hollande mostró su deseo de que la Eurocopa que acaba de comenzar "sea un éxito deportivo, un gran acontecimiento popular" y señaló que las calles de París se habían quedado vacías, lo que daba a entender que la gente estaba delante de sus televisores.

Y preguntado sobre su pronóstico para el Francia-Rumanía, el presidente -que llevaba colgada una bufanda de su selección- dijo que creía que el equipo francés iba a ganar.

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