Para Adolfo Domínguez,  pensar en el retiro no está entre sus planes. Su jugada es seguir en la moda hasta el último día. A sus 66 años, el creador español se mantiene activo y es pieza clave de la marca que lleva su nombre, la cual es un referente de elegancia sport desde hace cuatro décadas.

Fue en los años setenta cuando abrió su primera tienda en su natal Orense, dentro de la comunidad de Galicia. Haberse involucrado desde pequeño en la sastrería que tenía su padre, lo motivó a dar este gran paso. En la década siguiente, comenzó a presentar sus primeras colecciones para mujer y hombre en Madrid, además de abrir puntos de venta en esta ciudad  y Barcelona.

Su propuesta fue bien recibida desde un principio debido a su estilo casual, sin pretensiones, así como por sus refinados materiales y perfecta construcción. Las piezas de Domínguez podían llevarse no solo durante el día, sino también en reuniones de noche, una cualidad que hasta hoy es valorada por los consumidores.

En 1990 llegó al mercado Agua Fresca, la primera fragancia del diseñador. Ese momento marcó también el comienzo de un plan de expansión internacional, que comprendió lugares como Bélgica, Japón, Gran Bretaña y nuestro país, donde recientemente inauguró una boutique más con motivo del 40 aniversario de la marca.

A principios de siglo, el creador volvió la mirada al público joven, por lo que decidió presentar la línea U, con diseños más frescos, coloridos y con una notable apuesta por los estampados. En 2005 lanzó su primera colección de joyería, la cual goza de gran popularidad en sus tiendas alrededor del mundo.


Exponente Ibérico


Durante años, al diseñador se le ha identificado con la frase “La arruga es bella”, la cual no solo resume su filosofía de que la ropa es como una segunda piel, sino también revela su interés por el medio ya que, para la confección de sus creaciones suele emplear lino, tejido obtenido de una planta que requiere de pocos pesticidas y riego para su crecimiento.

Bajo la frase “Somos hijos de la tierra, no sus dueños”, se comprometió hace una década a incorporar prácticas que respetaran el ambiente.
El arte, el cine y la literatura son otras de las pasiones de este diseñador, uno de los más renombrados fuera de España. De hecho, realizó estudios de las primeras dos disciplinas en París antes de establecer su marca, y en 1992, se animó a publicar una novela titulada Juan Griego.

A cuatro décadas de haber abierto su primera tienda, el creador cuenta hoy con puntos de venta en más de 40 países, donde pueden encontrarse sus colecciones para mujer y hombre, así como sus líneas de calzado, bolsas y joyería. “El concepto de jubilación lo encuentro absurdo; no me satisface en lo absoluto”, declaró a la revista Telva. Para Adolfo Domínguez, ni su carrera ni sus diseños tienen fecha de expiración.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses