El mausoleo de Augusto en Roma ha guardado desde su construcción, en el siglo I a.C, secretos aún hoy por desvelar, pero que comenzarán a ser mostrados al público gracias a las obras de rehabilitación que se desarrollan desde octubre.

El edificio, en evidente estado de abandono, se ubica en el corazón de la capital italiana y ahora está siendo rehabilitado, junto a sus descuidadas inmediaciones, para mostrar un nuevo tesoro arqueológico de la ciudad prácticamente desconocido.

La alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, presentó hoy el proyecto "El renacimiento del Mausoleo de Augusto", que una vez concluya será reconvertido en un museo multimedia.

El superintendente municipal de Bienes Culturales, Claudio Parisi, explicó que durante las investigaciones que se están desarrollando gracias a los trabajos de restauración se ha podido confirmar la inspiración del mausoleo en modelos helenísticos.

"Tenía en el centro una cámara sepulcral a la que se accedía a través de tres corredores anulares concéntricos que permitían un recogimiento ritual muy particular", explicó.

Parisi apuntó que esta ritualidad "ha sido documentada en algunos modelos de época helenística" y añadió que su inspiración fue el monumento funerario de Alejandro Magno.

El mausoleo es el más grande sepulcro circular conocido, un impresionante monumento con un diámetro de unos 87 metros y una altura de 45 mandado construir por Augusto en el 28 a.C para perpetuar una sucesión dinástica que mantuviese estable su poder.

Parisi aclaró que en su interior se han encontrado objetos que permiten comprender cómo funcionaban las capillas donde se depositaban las urnas con las cenizas de los difuntos y las inscripciones con elogios que recordaban las gestas del emperador y de sus descendientes.

Además, afirmó que se han descubierto diferentes esculturas y elementos arquitectónicos, hasta 153, que se están restaurando, entre los que destaca una cabeza femenina que procede de una figura imperial, probablemente de la dinastía Severa, entre los siglos II y III d.C.

Con el paso de los años la estructura del mausoleo se utilizó como fortaleza, residencia privada e incluso como espacio para corridas o atracciones con búfalos.

El mausoleo también realizó funciones de auditorio cuando pasó a manos de la administración pública, a partir de 1907, pero desde la primera mitad del siglo pasado se caracterizó por su abandono y su cierre a la población por motivos de seguridad.

Los trabajos de restauración se están desarrollando desde octubre de 2016 gracias a un proyecto en el que trabajan conjuntamente el ayuntamiento de Roma y la Fundación TIM de telefonía y que tiene como finalidad hacer del Mausoleo de Augusto un museo multimedia.

Raggi se congratuló del "nuevo modelo de colaboración entre el ente público y el privado" que tiene como objetivo "un nuevo modo de narrar Roma", como ya se ha hecho con otros monumentos como la Fontana de Trevi o el Coliseo.

Raggi defendió el proyecto argumentando que "el arte no debe ser aprovechado solo para su uso turístico" y afirmó que las obras en las que todavía se encuentra inmerso el mausoleo no hacen de él un "monumento cerrado".

Y es que actualmente, en la parte externa del recinto se han instalado diversos paneles didácticos sobre la historia del monumento a los que se añade un sistema de luces y música que ilustra las obras.

Se espera que los trabajos de rehabilitación finalicen en abril de 2019 pero antes de esa fecha se prevén aperturas extraordinarias que permitirían a los ciudadanos visitar el interior y comprobar el avance de las obras, informó el superintendente.

De este modo los visitantes podrán adentrarse en el interior de un lugar de gran importancia histórica para la Ciudad Eterna, que acogió los restos de las más importantes personalidades del Imperio romano, desde su fundador hasta toda la dinastía Julio-Claudia, incluido Claudio, primer emperador nacido fuera de la península itálica.

sc

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