Damasco/ París.— La UNESCO, la presidencia siria y arqueólogos condenaron la destrucción del Arco del Triunfo de Palmira por parte de yihadistas del Estado Islámico (EI). El monumento fue construido entre los años 193 y 211 bajo el dominio romano.

La directora general de la UNESCO, Irina Bokova, aseguró que esta nueva destrucción “muestra hasta qué punto los extremistas están aterrorizados por la historia y la cultura”. Agregó que “la piedra de Palmira encarna todo lo que horroriza a los extremistas: la diversidad cultural, el diálogo de las culturas y el reencuentro de los pueblos de todos los orígenes en esa ciudad de paso del comercio entre Europa y Asia”, expresó en un comunicado.

El Arco del Triunfo era uno de los monumentos más reconocibles de Palmira, una ciudad del centro del país conocida popularmente como la “Novia del Desierto”, que la milicia radical tomó en mayo. La construcción estaba en lo alto de las calles con columnas de la ciudad antigua, que vincula el Imperio Romano a Persia y Oriente. Fue construido por Septimio Severo; su intención era minimizar un ángulo de 30 grados en la calle y estaba coronado por ornamentos geométricos y florales.

La presidencia de Siria condenó la destrucción en una inusual manifestación en medio de la intensa campaña aérea lanzada por Rusia.

Intervenir a tiempo. El arqueólogo jefe sirio, Mamun Abdulkarim, llamó a la comunidad internacional a intervenir en Siria antes de que sea tarde: “Nos dirigimos a un desastre si no cambia la situación sobre el terreno. El EI seguirá con la destrucción de Palmira y exterminará una cultura entera”.

Las autoridades sirias informaron en la madrugada del lunes de la destrucción del monumento de casi 2 mil años de antigüedad. Según declararon testigos a la Administración de Antigüedades siria, los extremistas hicieron explotar el domingo el arco que se situaba a la entrada de la columnata, la calle más característica de las ruinas. Cerca estaba el templo de Bel, una de las construcciones históricas más emblemáticas del mundo árabe, también arrasado por los islamistas.

Además, el EI destruyó el templo de Baal Shamin, así como varios monumentos funerarios integrados en el complejo declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1980 y que desde 2013 está incluido en la lista de patrimonio en peligro.

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH) precisó que se trató de la destrucción de la parte superior de tres arcos (dovelas), quedando en pie los pilares respectivos. Probablemente esa parte de los arcos fueron destruidos por las inscripciones y símbolos que estaban grabados. Los primeros reportes hablaban de un arco. Fotografías indican que se trata de tres arcos. El principal, flanqueado por dos de menor tamaño, y las dovelas de los tres habrían sido destruidos.

El Estado islámico, que sigue la línea más ortodoxa sunita, se hizo del control de Palmira, en la occidental provincia siria de Homs, el 20 de mayo pasado, y ha destruido otras ruinas de la ciudad que floreció en los siglos I y II de nuestra era. El 30 de septiembre destruyó el Templo de Bel, de acuerdo a la confirmación realizada mediante fotografías satelitales.

El 23 de agosto el atacado y destruido fue el Templo de Baalshamin, y antes fueron asesinados dos expertos en Palmira. El primero fue el arqueólogo Khaled Assad, de 82 años de edad, tras un mes de secuestro por el EI. El segundo, Qasem Abdullah Yehiya, murió en un ataque con mortero a la ciudadela de Damasco, hecho en el que otros trabajadores culturales también perecieron. En julio fueron destruidos bustos funerarios y la famosa estatua del león de Atenea de la entrada del Museo de Palmira, también por el EI.

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