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La primera historia de amor anunciada en las páginas de EL UNIVERSAL fue breve y trágica. El relato de la boda que ocupó la primera y la tercera página del periódico, durante dos días consecutivos, concluyó pronto y no tuvo descendencia, aunque fue protagonizada por una joven yucateca proveniente de una familia de gran tradición en la comunidad de Valladolid, y un próspero militar nacido en Sinaloa, pero ligado al grupo sonorense de constituyentes, que murió asesinado cuando apenas tenía 43 años de vida y siete años de casado.

El 7 de noviembre de 1916, apenas unos días después de su lanzamiento, EL UNIVERSAL publicó la primera fotografía de esa historia de amor. En la primera plana se anunció el matrimonio del gobernador de Yucatán, el general Salvador Alvarado con Laura Manzano, una joven de yucateca integrante de una familia de gran raigambre en Valladolid. Al día siguiente, el 8 de noviembre, en la página 3, se publicó la foto de la joven desposada.

Inspirados en The New York Times, que buscó en su archivo el primer anuncio de una pareja de enamorados, en el marco del Centenario se buscó en el archivo histórico de EL UNIVERSAL la primera historia de amor; una historia que resultó ser breve y trágica.

El general Alvarado, un célebre político y militar constitucionalista, murió muy joven, el matrimonio apenas duró unos años y no tuvo descendencia; sin embargo, su amor fue tórrido y muy comentado en las crónicas de la época, pues aseguran que “Es fama que el general acudía a su visita a la casa de la familia Manzano caminando y sin guardaespaldas. Era un ciudadano más y punto”, como ha escrito Roldán Peniche Barrera. Se casaron cuando él tenía 36 años y ella, 23.

Una historia de amor de primera página
Una historia de amor de primera página

Entre los archivos de EL UNIVERSAL, se resguarda esta breve nota que fue publicada en la parte inferior central de la página 3 del día 8 de noviembre de 1916: “En nuestra edición de ayer publicamos un telegrama de nuestro corresponsal en la ciudad de Mérida y capital del Estado de Yucatán, en el cual nos comunicaba la noticia del matrimonio del Gobernador y Comandante Militar de esa entidad Federativa, señor General don Salvador Alvarado con la distinguida señorita Laura Manzano. Publicamos ahora el retrato de la hoy señora de Alvarado”.

Ese breve texto debajo del retrato de una jovencita de grandes ojos y mejillas sonrojadas que es enmarcada con una corona de rosas, fue el primer anuncio de boda en las páginas de este diario, que el día anterior había anunciado el casamiento de un hombre que a la postre se convertiría en un héroe de Yucatán. Cuentan las crónicas que: “Ya era viudo el general Salvador Alvarado cuando arribó a Yucatán por 1915. Vino con los arrestos suficientes para poner en orden las cosas y dar la libertad a los esclavos de la industria henequenera. Alrededor de tres años se estuvo en Yucatán y como gustaba de recorrer la ciudad y socializar con los meridanos, un día conoció a una bella meridana, Laura Manzano, de quien se prendó el general”, también se señala que después del breve cortejo “contrajeron nupcias aunque no tuvieron descendencia. La Sra. Manzano de Alvarado enviudaría de su marido pocos años más tarde”.

El día 7 de noviembre, en la primera plana de EL UNIVERSAL, el corresponsal de Mérida envío el siguiente telegrama: “El Sr. Gral. Alvarado contrajo matrimonio en Mérida con la Srita. Laura Manzano”. La nota publicada afirmaba que “El sábado veintiocho del corriente, el señor General don Salvador Alvarado, Gobernador y Comandante militar de esta entidad, contrajo matrimonio civil con la bella señorita Laura Manzano, perteneciente a una de las familias más distinguidas de la localidad”.

En esa nota informativa que se ilustraba con la foto más célebre que existe de Salvador Alvarado, quien fuera importante miembro del constitucionalismo sonorense, se señala que “la señorita Manzano es nieta del extinto señor doctor Juan Pío Manzano, quien en varias ocasiones ocupó el Gobierno del Estado, e hija del finado licenciado don Lorenzo, del mismo apellido, quien ocupó muy importante puesto en el ramo judicial”.

Hombre visionario. La historia de amor entre el general Salvador Alvarado y Laureana Manzano, nombre real de la joven yucateca como consta en el Acta de Matrimonio que aquí publicamos con autorización del Archivo General del Estado de Yucatán (AGEY), ha quedado oculta por la fuerza intelectual y visionaria del general Alvarado, quien es considerado uno de los más importantes personajes en la historia de la Entidad. Alvarado alentó dos congresos feministas en Yucatán, impulsó el voto de la mujer, la creación de escuelas rurales y de bibliotecas públicas y acabó con la esclavitud en las haciendas henequeneras.

Manuel Martín Castillo, ha dicho en su texto “El constitucionalismo en Yucatán” que “El gobierno constitucionalista de Alvarado estableció escuelas en ciudades, pueblos y haciendas. En 1914, funcionaban en Yucatán 351 escuelas con 536 maestros y 17,118 alumnos, que en 1916, aumentaron a 990 escuelas, con 1,623 maestros y 53,590 alumnos”, además señala que “el presupuesto general del Estado en 1916 fue de $3.506,687.00, del cual el de Educación Pública era de $ 1.649,576.00”.

Aunque de la pareja existen muy pocas imágenes y en general hay pocas fuentes iconográficas de la gestión política de Salvador Alvaro como gobernador, el año pasado, el Archivo General del Estado de Yucatán, montó la exposición El sentido histórico del gobierno revolucionario de Salvador Alvarado a 100 años que incluía 38 imágenes de archivos y fototecas, entre ellas destacaron dos o tres donde se le puede ver al lado de su joven esposa, una de ellas, la más emblemática, es cuando varios amigos despiden a la pareja que se traslada hacia un exilio político.

Ramón Berzunza Pinto ha escrito en su texto publicado por la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística: “Por lo que se sabe de Alvarado, por lo que se lee en sus informes oficiales y en sus escritos y por lo que se trasluce en las anécdotas que acompañan su trayectoria, puede decirse que fue un estratega militar, pundonoroso soldado, cultivado en lecturas europeas, rígidamente honesto y caballeroso, ególatra y rudo a veces, romántico y variable en su temperamento.”

Pero este texto es solo uno de los varios trabajos que sobre la obra y vida del general han escrtito desde la academia, pues ha sido uno de los constitucionalistas estudiados por investigadores de El Colegio de México, la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituito de Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, y varias universidades de Yucatán.

Entre los materiales más serios que se han escrito están los libros Salvador Alvarado de Francisco Paoli Bolio, Ideas sociales y políticas de Salvador Alvarado de Diego Valadés Ríos, y Alvarado es el hombre de Allan Moe Blein, pero pocos de estos estudiosos hablaron de su matrimonio con Laura Manzano —nadie la menciona como Laureana, como aparece en el Acta de matrimonio—. Todos únicamente señalan que casó con esta joven yucateca.

De las pocas crónicas de la época que exiten, destaca una página del periódico Chiapas nuevo que se autonombra el Periódico de Propaganda e Información Revolucionarias, fechado en Tuxtla, Gutiérrez, el 23 de mayo de 1918. Allí se relata la ceremonia del te en honor del general Alvarado y esposa. La crónica cuenta que esta reunión de sociedad tuvo la mayor exquisitez, elegancia y discreción, que fue una reunión sencilla y deliciosa que “estuvo amenizada por piezas de música de la Banda del Estado y de la marimba que dirige el maestro David Gómez h”.

Seis años después en Chiapas, el general Salvador Alvarado fue emboscado el 10 de junio de 1924 en el rancho “El Hormiguero” entre Tenosique, Tabasco, y Palenque, Chiapas, por Diego Zubiaur. Con esa emboscada terminó una historia de amor nacida en las páginas de este diario.

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