El número 127 de dedica sus páginas a reflexionar sobre la relación de los mexicanos con el cine que se hace en nuestro país. El crítico y académico Ignacio Sánchez Prado reflexiona, en un ensayo: ¿a qué se debe que las producciones nacionales carezcan de públicos amplios e incluso de recepción crítica? ¿Existen prejuicios hacia el cine comercial mexicano?

Ricardo Pohlenz explora la forma en que las circunstancias de una producción fílmica determinan el resultado final (desde las circunstancias físicas de la filmación hasta las dificultades que implica para los actores repetir los diálogos una y otra vez). Olivia Cosentino, joven estudiante, traza un panorama del cine para jóvenes en México en las últimas décadas.

Publicaremos también un texto acerca del primer Concurso de Cine Experimental, realizado del que surgió el filme Los Bienamados, díptico dirigido por Juan José Gurrola y Juan Ibáñez, a partir de cuentos de Juan García Ponce (“Tajimara”) y Carlos Fuentes (“Un alma pura”), respectivamente. El Premio fue convocado en 1964 por el Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica.

En la sección publicamos un fragmento de Funerales preventivos libro hecho al alimón entre el cartonista Rogelio Naranjo y el narrador y cronista Juan Villoro (y que la editorial Almadía relanza en próximas fechas).

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