Paulina Lavista está feliz del éxito que han tenido todos los proyectos en torno a su esposo, el escritor Salvador Elizondo, con motivo del 50 aniversario de Farabeuf y la edición conmemorativa, de las cuidadas ediciones de los Diarios de Salvador Elizondo y las tres exposiciones que se hicieron con ese motivo y por los 10 años de su fallecimiento, también por la vitalidad que tiene su literatura entre los jóvenes; sin embargo otras cosas la tienen muy molesta.

Al cerrar las conmemoraciones que concluyen hoy con las jornadas en El Colegio Nacional y la clausura de la exposición Los caminos de Elizondo, en el mismo recinto, Lavista hace un balance que es súper favorable para la obra literaria de su marido. Pero no paran allí las actividades, ya prevé la edición conmemorativa de El hipogeo secreto que en 2017 cumple 50 años; y sobre todo acaricia la edición que acaba de firmar con el Fondo de Cultura Económica, de la publicación de los Noctuarios, esos cinco cuadernos que Elizondo escribió durante 10 años sólo por las noches.

“Noctuarios es una parte de sus diarios muy interesante. Es una palabra que él inventó sobre sus pensamientos nocturnos, él decía que pensaba de una manera en el día y de otra en la noche”, informa Paulina Lavista.

El ninguneo de Alvarado. A pesar de los logros y el deseo de emprender sus proyectos personales, Paulina Lavista está indignada con el desinterés que ha encontrado en el director de TV UNAM, Nicolás Alvarado. Cuenta que desde febrero le ha pedido más de cinco citas y ni siquiera le toma la llamada y no transmite los documentales que ha hecho para la UNAM.

“Fue el homenaje a Rulfo y no se está pasando mi programa, vino el aniversario de Alejandro Rossi y tampoco se pasó. ¿Qué está pasando?, ¿cómo es posible que me tengan en standby el programa de Ibargüengoitia? Yo le debo a la Universidad 150 mil pesos que me dio por los documentales también de Jomi García Ascot y Julio Pliego. Si el señor Nicolás Alvarado no me va a recibir después de haberle pedido cinco o seis citas, me veré obligada a demandarlo por daños y perjuicios, porque yo creé una serie que se llama Luz propia, que ni se difunde ni se concluye”, dice la fotógrafa y videoasta.

Indica además que le parece atroz que Nicolás Alvarado haya usado métodos políticos de borrón y cuenta nueva en lo que quiere para su programación, cuando ella piensa que la UNAM es universal y debe haber una continuidad en los proyectos.

“Es un joven sin experiencia y fue un desatino su nombramiento. Hablo en mi nombre y a nombre de un grupo de productores y colaboradores de TV UNAM que estamos muy enojados porque se han truncado nuestros proyectos, porque no nos recibe, son casos de lesa majestad y de un gran desprecio y de un ninguneo brutal. El departamento de producción de TV UNAM, por ejemplo, está parado porque él está haciendo los programas por fuera y hay gente aburrida a la cual se le está pagando un suelo que no se usa. Eso me parece que lo hace un mal director”, señala Paulina Lavista, quien dice que la UNAM ya le pagó más de 150 mil pesos por los documentales en standby.

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