La dificultad que las personas con dislexia tienen para leer puede deberse a un déficit en un mecanismo del cerebro que facilita la percepción, afirma un estudio publicado hoy en la revista Neuron.

Científicos de la Universidad de Boston y del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) descubrieron que el cerebro de los individuos con este trastorno del aprendizaje tiene una menor adaptación neuronal, es decir, un déficit en la capacidad de adecuarse rápidamente a los distintos estímulos.

"Esta adaptación es una suerte de aprendizaje de corto plazo que refleja cuán eficientemente los estímulos son procesados", explicó a Efe Tyler Perrachione, uno de los investigadores que trabajó en el estudio.

Para llegar a este descubrimiento, los científicos utilizaron imágenes por resonancia magnética funcional para medir la actividad en los cerebros de adultos con y sin dislexia.

En los experimentos, los sujetos escuchaban grabaciones y veían fotografías de objetos o rostros, mientras los investigadores medían la adaptación neuronal, un fenómeno por el que la cantidad de la actividad cerebral disminuye a medida que una persona percibe una imagen o una palabra varias veces.

"Comparados con los lectores típicos, los individuos con dislexia muestran una menor adaptación, de apenas la mitad en promedio. Tanto los adultos como los niños con dislexia han mostrado este bajo nivel inusual", puntualizó Perrachione.

En las imágenes observadas por los investigadores, el cerebro de una persona sin dislexia mostraba una rápida adaptación cuando el individuo escuchaba una misma voz que leía una serie de palabras.

No obstante, la adaptación no ocurría cuando el experimento presentaba múltiples voces, por lo que en esos casos la actividad cerebral se mantenía alta.

En cambio, en los individuos que tienen dislexia, la actividad cerebral siempre era alta, lo que sugería que no se adaptaban fácilmente incluso cuando la voz que oían era la misma.

Los investigadores creen que este "déficit de adaptación" en los casos de dislexia muestra que los cerebros de estas personas "no aprenden a procesar los estímulos de una forma más eficiente en el corto plazo".

Debido a que la eficiencia que brinda esta adaptación ayuda a realizar un proceso sensorial más sencillo, Perrachione considera que "los cerebros de los individuos con dislexia deben de estar trabajando muy duro todo el tiempo para procesar los estímulos" porque parecen "no poder aprovechar la ventaja de la adaptación neural".

"Estos resultados tienen importantes consecuencias en las formas que pensamos para remediar las capacidades de lectura en los individuos con dislexia, dado el perfil distinto de aprendizaje que muestran sus cerebros", aseguró Perrachione.

Para él, esta línea de trabajo muestra "un potencial" para "ayudar a entender cuál es la diferencia fundamental del cerebro disléxico que hace que aprender a leer sea desproporcionadamente difícil".

jpe

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