El Fondo Monetario Internacional (FMI) entró ayer en el debate sobre la fecha apropiada para la anticipada alza de tipos de interés en Estados Unidos, y recomendó a la Reserva Federal (Fed) retrasar la decisión hasta la primera mitad de 2016.

La explícita posición del FMI sorprende por su habitual cautela a la hora de juzgar las acciones de la Fed y en un momento en el que los últimos datos económicos, especialmente tras la contracción de la economía de Estados Unidos de 0.7% en el primer trimestre del año, arrojan dudas sobre una recuperación que se esperaba más sólida.

“Una subida de tipos de interés sería más apropiada en 2016”, aseguró Christine Lagarde, directora gerente del organismo, durante la presentación del informe anual sobre la economía estadounidense.

Lagarde remarcó que, aunque “todavía consideramos que los fundamentos para una expansión continuada están presentes, la tasa de inflación no está progresando a un ritmo que aseguraría, sin riesgos, una subida en próximos meses”.

Las tasas de interés de referencia en Estados Unidos están entre el 0% y el 0.25% desde finales de 2008.

Hasta ahora, el banco central estadounidense había planteado la primera alza de tipos de interés en nueve años para la segunda mitad de este año, dado el impulso económico registrado en el último año.

Sin embargo, el “jarro de agua fría” del primer trimestre y la incertidumbre generada por la fuerte apreciación del dólar, que el FMI considera “moderadamente sobrevalorada”, así como sus efectos sobre la volatilidad financiera internacional, lo han llevado a sumarse al bando de quienes abogan por el retraso en el encarecimiento del precio del dinero.

El FMI, además, rebajó los pronósticos de crecimiento estadounidense para 2015 de 3.1% en abril al actual 2.5%, y el de 2016 de 3.1% a 3%.

“El empuje de la economía de Estados Unidos en el primer trimestre fue alterado por el clima desfavorable, una fuerte contracción de la inversión en el sector energético, la huelga de puertos en la costa oeste y los efectos de un dólar más fuerte”, estableció el informe.

Pese a ello, aseguró que estos elementos suponen “un bache temporal, pero no un freno duradero en el crecimiento de la primera economía del mundo.

En tanto, uno de los gobernadores de la Fed, Daniel Tarullo, advirtió ayer que la economía estadounidense ha perdido impulso en el segundo trimestre y la situación despierta ahora más dudas que hace un año.

Tarullo, quien participó en una charla organizada por el Instituto de Finanzas Internacionales en la ciudad de Nueva York, atribuyó ese estancamiento de la economía a “factores transitorios” como el crudo invierno y problemas laborales en la costa oeste del país.

El Departamento de Comercio reveló la semana pasada que el Producto Interno Bruto se contrajo a un ritmo anual de 0.7% en el primer trimestre, frente a un avance de 0.2% calculado inicialmente.

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