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Entre puntos de vista encontrados, analistas del sector energético ven con desconfianza adelantar la liberalización de los precios de las gasolinas para enero de 2017 y otros consideran que es el momento adecuado.

George Baker, de la firma consultora Mexico Energy Intelligence con sede en Houston, Texas opinó que el mercado de gasolinas “no está listo para la liberalización de precios”.

Indicó que mientras la comercialización de combustibles siga estando en manos de franquicitarios con “historia y una larga cola de favores y compromisos, cualquier esquema de precios puede ser cuestionable”.

Para transitar a un mercado realmente libre, añadió, se requieren verdaderos profesionales, actores reales como los son Exxon, Shell o Chevron, que si saben controlar costos, precios y disponen de las líneas de abasto o negocios de distribución con base en costos y no de favores ni demárgenes garantizados por el Estado.

Consideró que el gobierno federal debe transitar primero de la transferencia de franquicias propiedad de políticos a empresa reales de distribución, que no tengan compromisos.

Es decir, para liberar el mercado México requiere promover nuevos actores, profesionales y no sólo llevar a cabo un cambio de “look” con las nuevas marcas de franquicias, en donde siguen estando presentes quienes “en realidad controlan el mercado”.

“Hay condiciones”. Guillermo J. Aboumrad, director de Estrategias de Mercado de Finamex Casa de Bolsa, consideró que las condiciones están dadas para adelantar la liberalización de los precios de los combustibles a enero de 2017.

El especialista aseguró que dadas las desventajas de la formula vigente (banda de +/-3%) y la importancia de abrir el mercado a la competencia, adelantar la liberalización de precios es la mejor opción.

Sugirió complementar la medida con reducciones del IEPS, que representa un monto fijo en pesos de casi 30% del valor de las gasolinas, en los meses de abril a septiembre, cuando la estacionalidad en mercado, como el texano de donde llega el mayor volumen de importaciones de combustibles, hace repuntar los precios de referencia internacional.

En el análisis Las matemáticas de la gasolina: Implicaciones para la inflación, recaudación y apertura del sector, el especialista detalló que cualquier banda que limite movimientos de precios, si es que opta por continuar con ella en 2017, “tan sólo estaría postergando el incremento de precios hacia 2018 cuando está programada la liberalización total del sector”.

El analista indicó que contener el precio dentro de la banda tiene la desventaja de que el IEPS es menor, porque el gobierno federal tendría que sacrificar recaudación para no afectar a la inflación.

Además, existe el inconveniente de que mantener bandas de precios supone falta de incentivos para que el jugador del mercado, el importador, tenga que esperar hasta noviembre para traer combustible de los mercados externos, una vez que concluye la estacionalidad en el sur de Estados Unidos, por ejemplo.

Para Finamex, la liberalización total del precio de las gasolinas tiene algunas ventajas: no acumula inflación reprimida; el IEPS total para el gobierno federal no sufre de disminuciones por la cuota complementaria, y es totalmente amigable con la importación de gasolina, al no existir precios máximos para la venta al público que pudieran quedar debajo del precio al que estaría dispuesto a vender el agente privado la gasolina importada.

Erik Legorreta, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Petrolera (AMIPE), consideró que la liberalización sería positiva para el país porque adelanta que el mercado vaya tomando forma, vaya acercándose a una realidad que tarde que temprano tiene que llegar, en donde la gasolina tiene que competir como cualquier otro producto y eso va a beneficiar al mercado interno.

Añadió que puede ayudar a detonar una serie de inversiones que se han detenido en vísperas de ver qué pasa con la liberalización y la carga tributaria que tienen los combustibles, tanto en almacenamiento como ductos u otros medios de transporte.

“Se podría acelerar la llegada de inversiones que no se han dado debido a que esto todavía está pendiente”, comentó el experto.

El representante de más de 3 mil proveedores de Petróleos Mexicanos (Pemex) dijo que la asociación está dispuesta a invertir casi 6 mil millones de dólares para el próximo año dependiendo de cómo se comporten los precios de las gasolinas.

Muchos agentes están a la expectativa y “nosotros podemos invertir en nueva infraestructura por eso mantenemos conversaciones con distintos grupos nacionales o extranjeros para que participen en el desarrollo de terminales de almacenamiento, de ductos o también la posibilidad de asociarse con Pemex para hacer más eficientes sus instalaciones y utilizar la infraestructura que la petrolera tiene”, indicó.

Incluso, dijo que la asociación no descarta la posibilidad que algunos de los socios puedan convertirse en importadores de gasolinas, porque va a ser un negocio o nicho de mercado como cualquiera, sobre todo si vemos las tasas de crecimiento del consumo que se dan en el norte del país y en las tres principales ciudades como México, Monterrey y Guadalajara.

Otro nicho importante, añadió Legorreta, es la construcción de nuevas refinerías que seguramente se van a abrir con la apertura total del mercado de los combustibles.

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