El Arte de la Guerra es un texto sobre estrategia militar escrito hace más de 2,500 años en China por Sun Tzu y aún se considera un referente sobre planeación, estrategia, acceso a información y la implementación de los ejes que permitan asegurar el éxito militar.

La segunda economía del planeta atraviesa por una profunda transición económica, política y social que inició con la reforma económica de 1978 encabezada por Deng Xiaoping y que hoy ha hecho estragos en los mercados globales de acciones, el desplome en el precio de commodities y presiones deflacionarias que inquietan a más de una economía.

La mayor desaceleración económica del gigante asiático en más de dos décadas, incide en la expectativa de recuperación global y en la salud de países emergentes que dependen de la exportación de materias primas hacia China.

Con las mayores reservas internacionales en el mundo, China tiene un plan y lo está siguiendo sigilosamente. Su contribución con el PIB mundial representa más del 13% en la actualidad, cuando hace solo una década contribuía con menos del 5%.

La relación entre Washington y Beijing es por demás ríspida. Competencia desleal, ataques cibernéticos, espionaje corporativo, inestabilidad en el Mar del Sur de China por la construcción de islas que le permitan al gigante asiático expandir su influencia en el Pacífico y una creciente fuerza militar, matizan la tensión entre los dos gigantes.

En el frente económico, China abre la convocatoria para la creación del Banco de Inversión e Infraestructura Asiática, a la que invita a todos los países asiáticos, excepto a Japón y a la que se han sumado la mayoría de las naciones europeas, en una especie de versión mejorada del Banco Mundial.

Para la mayoría de los estadounidenses, China representa la mayor amenaza para su estilo de vida, considerando que por el tamaño de su población y territorio, el gigante asiático superará a Estados Unidos, primero en su economía y luego como potencia militar.

Los estrategas de la firma Stratfor, dedicada a desarrollar inteligencia global, refieren que a pesar de los enormes avances de China, aún hay profundos desafíos étnicos y regionales que se traducen en tensión social y el potencial de una crisis económica.

China no cuenta con ríos navegables que fortalezcan el tránsito comercial en su interior, en adición, su falta de puertos naturales le resta oportunidades de generación de capital, a la que habría que añadir el lastre que representa una población de más de 800 millones de personas que aún viven en la pobreza. Consecuentemente China carece de la capacidad para generar su propia estructura de capital y su propia tecnología en gran escala.

Los líderes chinos están consientes de esta realidad y entienden la relevancia de mantener la relación simbiótica con Estados Unidos, tanto para seguir recibiendo materias primas como para poder embarcar sus productos hacia los mercados globales, teniendo en mente que la mayor economía del mundo sigue siendo su principal mercado objetivo.

En la escena aparece Rusia. Este gigante ha consolidado a las fuerzas económicas y políticas como herramientas de un estado centralista. El constante desafío de su política exterior hacia las potencias occidentales, desde la invasión de Ucrania hasta los bombardeos de hace unos días en Siria, ponen de manifiesto su rol como “buffer” entre China y occidente.

Para muchos analistas, Rusia es por mucho, el país con la mayor capacidad e intención de desafiar la política exterior estadounidense y a pesar de sus dificultades económicas actuales, se convierte en un aliado estratégico para la agenda de China.

Con las mayores reservas mundiales, (invertidas en su mayoría en USD) y una sólida estructura militar, el peso específico de China en el balance del poder global cobra una gran relevancia, no obstante, Estados Unidos mantiene el control sobre la navegación mundial y desde luego sigue siendo el mayor mercado de consumo en el mundo, por si esto fuera poco, la política de seguridad estadounidense ha limitado la remilitarización de Japón, de manera que en conjunto, los pilares del reciente éxito de China, han sido construidos desde Estados Unidos.

“Hay tres cosas con nunca vuelven atrás: La palabra pronunciada, la flecha lanzada y la oportunidad perdida”. Proverbio chino.

Socio del Grupo IMEF Monterrey

lgarcia@orange.com.mx

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