El INE ha concluido la segunda revisión de los padrones de afiliados de los partidos políticos nacionales. El primer ejercicio se llevó a cabo en 2014. El INE realiza esta tarea cada tres años, con el propósito de verificar que los partidos políticos cumplan una obligación establecida en la ley: mantener una militancia equivalente al menos al 0.26 por ciento de la lista de electores de todo el país. El número mágico en esta ocasión ascendió a 228 mil afiliados, los cuales tienen que estar distribuidos de tal manera que al menos haya tres mil por estado en 20 de las 32 entidades federativas.

Para que el registro de un afiliado se considere válido, debe cumplir con una serie de requisitos que corresponde al INE verificar. El más elemental de ellos consiste en validar que los afiliados tengan una credencial para votar vigente, es decir, estén inscritos en la lista nominal de electores. La ley además establece que los ciudadanos pueden estar afiliados a sólo un partido político. Así que el INE tiene que hacer cruces entre los padrones de todos los partidos y, en caso de identificar afiliaciones múltiples, hacer valer el registro más reciente y dar de baja los demás.

Las cifras finales después de la depuración realizada por el INE muestran tendencias interesantes. En primer lugar, el número total de ciudadanos afiliados a un partido político ha crecido más que el padrón electoral. En 2007, el 12% de los ciudadanos inscritos en la lista de electores estaban afiliados; hoy en día esa cifra asciende al 16.6%.

Este crecimiento se debe principalmente a las campañas de filiación del PRD y del PRI que añadieron 2.7 y 1.3 millones de militantes más a sus padrones de militantes. Los partidos de nueva creación como Morena y Encuentro Social contribuyeron al crecimiento de la ciudadanía militante. Morena acreditó 319 mil y Encuentro Social 244 mil. Llama la atención que el PVEM perdió poco más de la mitad de sus afiliados entre 2014 y 2017. Movimiento Ciudadano también sufrió una disminución, aunque sólo del 22%, en sus afiliados. Todos los demás partidos incrementaron su militancia.

¿Es el crecimiento de la militancia una buena noticia para el sistema de partidos y para los partidos en lo individual? La respuesta a esta pregunta parecería ser afirmativa. Todos los partidos nacionales tienen suficientes militantes para mantener su registro. Más aún, una base de militantes más amplia podría significar que los partidos tienen apoyo y aceptación mayor entre la ciudadanía. Está probado empíricamente que quien se identifica con un partido político tiene una probabilidad mayor de votar e involucrarse en otras formas participación política.

Sin embargo, hay dos razones para tomar el dato del crecimiento de la militancia con cautela y escepticismo. En primer lugar, no existe una relación entre tamaño de la militancia y los votos obtenidos por los partidos en las elecciones. En 2014, el PAN fue el partido con el menor número de militantes —220 mil afiliados—, y aún así logró colocarse como segunda fuerza electoral en las elecciones federales de 2015. En cambio, el PT con más del doble de afiliados que el PAN se quedó ligeramente abajo del umbral de votación requerido para mantener el registro como partido político en las elecciones ordinarias de 2015.

Lo cual nos lleva a la segunda razón: no queda claro en qué medida la militancia registrada ante el INE es más una mera formalidad. Algunos partidos invierten cuantiosas cantidades de dinero en campañas de filiación y consiguen aumentar sus padrones. Sin embargo, ello no significa que los afiliados comulguen con su ideología o que participen en su vida interna. Ello podría explicar por qué mientras las encuestas reportan una caída en el porcentaje de votantes que se identifican con un partido político, el volumen de ciudadanos afiliados a un partido político sigue creciendo.

Consejero electoral del INE

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