Este fin de semana se corren las 24 Horas de Le Mans, en Francia, una tradicional carrera que rinde homenaje a la historia y evolución del automóvil. Por otro lado, nos ofrece los adelantos tecnológicos en materia de seguridad y prestaciones mecánicas para las próximas generaciones de autos de calle, a través de las versiones de alto desempeño que corren en la legendaria pista.

Un laboratorio de pruebas. Así es, muchos fabricantes invierten en categorías de automovilismo –Fórmula Uno, WRC, WEC, WTCC– para desarrollar nuevos sistemas que en el futuro puedan implementarse en sus modelos urbanos y mejoren la experiencia de manejo en el área del alto desempeño.

Estos beneficios o adelantos generalmente se los llevan las marcas premium y los aterrizan en las versiones más exclusivas como BMW M, Mercedes AMG y Audi RS, y se ubican en el tope de gama de sus modelos.

Cadillac, a partir de 2013 lanzó a la venta el sedán compacto ATS –producto que nace en la planta de Lansing, Michigan, y tiene presencia en el mercado europeo, asiático y de Medio Oriente– que desde el año pasado cuenta con su versión del selecto grupo V-Series, de alto desempeño. En cuanto tuvimos la oportunidad de tenerlo, no dudamos un segundo en ver de qué estaba hecho.

Potencia exclusiva. El concepto V-Series, creado en 2004, se traduce desde el exterior en este coupé y le brinda un carácter más agresivo a su personalidad. Tiene un deflector de aire en el cofre y un alerón trasero que lo hacen parecer de alguna categoría de turismos. El diseño de los rines y sus amplios cálipers presumen calidad competitiva. Todos estos aspectos favorecen un manejo ágil y seguro cuando se está al mando.

Destacamos su excelente desarrollo en carretera, con cuatro modos que te permiten elevar las emociones. Y, como era de esperarse, nos fuimos a la modalidad deportiva en la carretera de Sol, rumbo a Acapulco, para poner a prueba su seguridad, potencia y aerodinámica.

464 caballos de fuerza nos impulsaron en todo el trayecto sin perder el ritmo que impone el motor Bi-turbo de 3.6 litros; jugamos con la transmisión de ocho velocidades a través de las paletas de cambios que integra el volante y nos divertimos en grande. Acelera, sube de marcha, frena, reduce, gira… siempre escuchando el ir y venir de las revoluciones del motor de acuerdo a nuestros movimientos de manos y pies.

Otro punto a su favor es la dirección, precisa y muy natural. La suspensión nos mantuvo pegados al piso en todo momento, a pesar de que la autopista del Sol cuenta con muchas pruebas de irregularidad en el asfalto; además la tecnología hizo lo suyo siempre teniendo alertas los sistemas de seguridad.

El interior es de lo mejor, con acabados de alta calidad desde el volante. Además, el diseño de los asientos deportivos interactúa perfectamente con los materiales típicos de Cadillac (aluminio y madera). La consola central permite un fácil acceso a los servicios del auto o las funciones de conectividad y entretenimiento; el único pero que le vemos es el espacio trasero, que necesita ampliarse un poco más para los pasajeros ya que el acceso toma tiempo mientras se recorren los asientos hacia adelante para ingresar.

Para finalizar, la oferta premium en el segmento de alto rendimiento es amplia y goza de tradición y años de experiencia –como se puede ver en marcas europeas de renombre–, los rivales que enfrenta el ATS Coupé V-Series  cuentan con una basta carrera en el segmento. Los ejemplos son: BMW M4 Coupé y el Mercedes-Benz C63 AMG Coupé. No obstante, el ATS como opción norteamericana vale mucho la pena como una alternativa que poco a poco eleva su oferta para los amantes de los deportivos de lujo sin llegar a los exóticos.

FICHA TÉCNICA:

MOTOR: 3.6 litros Biturbo

POTENCIA: 464hp

TORQUE: 455 libras pie

TRANSMISIÓN: Automática de 8 velocidades

PRECIO: Desde 1,481,000 pesos

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