La próxima semana (jueves 15 de agosto), el Banco de México dará a conocer su anuncio de política monetaria y se ha planteado la posibilidad de que el banco central pueda recortar su tasa de referencia.

Al respecto, cabe plantear dos preguntas: (1) ¿un recorte en la tasa de referencia estimularía la actividad económica de México? y (2) ¿hay algún riesgo de que se presente una mayor volatilidad de la divisa mexicana ante una menor tasa de referencia?

La respuesta corta a la primera pregunta es que probablemente no. La desaceleración de la economía mexicana se ha explicado principalmente por: (1) Un debilitamiento de la inversión tanto pública como privada; (2) una significativa desaceleración del mercado laboral formal mexicano; (3) una contracción del gasto público y un retraso en efectuarlo; y (4) una disminución de la producción minera ocasionada por la caída de la plataforma de producción petrolera.

En el primer caso, la inversión mostró una caída de 3.2% anual en los primeros cinco meses del presente año. Ahora, si bien es cierto que el costo del capital –subordinado a la tasa de referencia del Banxico– es relativamente alto si se compara con la mayoría de las economías emergentes, la atonía de la inversión en nuestro país parece explicada no por los altos costos del capital sino por cierta incertidumbre con relación a políticas de la actual administración.

En este contexto, un recorte en la tasa de referencia no impactaría a los niveles de inversión. De hecho, si el banco central empezara a implementar un ciclo de baja de tasas, no habría que descartar que su impacto fuera sólo marginal, ya que en la visión de los mercados se generó incertidumbre por la cancelación de ciertos proyectos de inversión pública y por falta de información acerca de la rentabilidad de otros proyectos planteados por el gobierno federal.

Por lo que respecta al gasto, durante el primer semestre del año, el consumo privado presentó resistencia perder fuerza ante la diversidad de indicadores de desaceleración de la economía mexicana.

No obstante, el debilitamiento por quinto mes consecutivo del índice de confianza del consumidor aunado a la fuerte desaceleración que ha registrado el mercado laboral mexicano sugiere que un menor dinamismo del consumo privado será cada vez más visible.

Si bien un recorte de la tasa de referencia podría incentivar el consumo, es probable que su impacto también sea marginal, considerando, por un lado, que el porcentaje de la población mexicana que está bancarizada es todavía reducido y, por otro, que una reducción de la tasa de referencia impacta con rezago a las tasas de los créditos al consumo y tales tasas como quiera se mantendrían muy elevadas.

En lo que se refiere a la caída en el gasto público y a la fuerte contracción de la producción minera mexicana, un recorte en la tasa de referencia no impacta a tales factores.

Por otra parte, también hay que considerar que el mandato del banco central no incluye impulsar directamente al crecimiento económico, pero sí indirectamente mediante el logro de la estabilidad de precios y la estabilidad financiera. Por todos los factores mencionados, no hay que descartar que el banco central considere mantener sin cambio su tasa de referencia, aun ante la clara desaceleración que presenta la economía mexicana.

Por lo que respecta a la segunda pregunta, es probable que una postura monetaria más laxa del banco central sí pudiera impactar a la cotización de la divisa mexicana. Cabe reconocer que en los últimos días, el peso mexicano ha exhibido un comportamiento errático ante el escalamiento de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China.

De hecho, a principios de esta semana el Departamento del Tesoro norteamericano calificó a China como un manipulador del mercado de divisas. Ello, luego de que la semana pasada el presidente de Estados Unidos amenazara con imponer una nueva ronda de aranceles a las importaciones norteamericanas provenientes de China.

La estabilidad relativa que había presentado la divisa mexicana respondía en parte al diferencial de tasas entre México y Estados Unidos. Con el recorte de 25pb en el rango objetivo de la tasa de fondos federales en 25pb que la semana pasada instrumentó el Fed, el banco central mexicano tendría la opción de ampliar el diferencial existente entre tasas si no modificara su postura monetaria, lo que podría incentivar una mayor entrada de flujos de capital, que, a su vez, ocasionaran una mayor apreciación de la divisa mexicana.

Ante la volatilidad que han presentado los mercados locales en las últimas dos semanas –reflejada principalmente en la depreciación de la divisa mexicana y en una caída significativa del índice de precios y cotizaciones– y considerando también que la inflación subyacente todavía se mantiene en niveles elevados, no hay que descartar que el banco central mexicano decida –al menos en esta reunión de política monetaria– mantener su tasa de referencia en 8.25%, a pesar de que la mayoría de los bancos centrales del mundo –entre ellos el Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos– han empezado a recortar sus tasas.

Twitter: @alexcervantes

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