José Cardozo se santiguó varias ocasiones en cuanto escuchó el silbatazo final del árbitro Isaac Rojas. No era para menos. Sus Tiburones Rojos acababan de rescatar un valioso punto en la lucha por mantenerse dentro de la Liga MX.

Partido tan feo como la peculiar combinación utilizada por el Veracruz. Playera y calcetas moradas con short rojo. Sin estética en el outfit y el desempeño, pero los jarochos lograron salir con vida del sintético césped del estadio Caliente. Es cierto, continúan en el último sitio de la tabla de cocientes, pero la unidad les permite mantenerse cerca, además de que ponen presión al Atlas, que mañana visita al Santos Laguna.

Los Xoloitzcuintles nunca descifraron el galimatías impuesto por el entrenador paraguayo, ese que solía dinamitar las áreas rivales cuando era futbolista y ahora se las ingenia para que no le anoten. Ironías del futbol.

El cartón carmesí al volante Diego Chávez (65’) parecía cargar el cotejo hacia los bajacalifornianos, mas nunca pudieron acercarse con verdadero peligro al marco defendido por Édgar Melitón Hernández, cuya noche fue tranquila. No así la de Cardozo, quien sufrió, pero sumó un punto que le da para soñar con salvarse.

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