Ya le tocó el escándalo con celebrando su cumpleaños que dejó a ambos jugadores, fuera de la convocatoria para el encuentro ante el Toluca en la jornada seis, debido al video que subieron del festejo ingiriendo bebida alcohólica y ahora Uriel Antuna, está disfrutando las mieles que te da anotar un gol en el Clásico tapatío, además de que el equipo ya amarró el repechaje.

Pero el jugador del Rebaño Sagrado no quiere quedarse ahí nada más, dice que el techo para el cual llegó es alto y no ha escalado mucho todavía, por lo que trabajo a realizar hay bastante y tampoco se cree todo lo bueno que se dice de él, como tampoco se creyó lo malo que decían cuando fueron suspendidos.

“Esto es lo bonito del futbol, que tiene esa doble cara. Ya pasé por malos momentos, estoy pasando por buen momento y así es el futbol. Hay que tomarlo con tranquilidad porque sé que las redes ahorita hacen más de lo que es, en lo malo y lo bueno, pero lo tomo con tranquilidad. Trato de disfrutar el momento, no veo muchas redes sociales, disfruto con mi familia porque a final de cuentas están atrás de mí y lo tomo con tranquilidad para no perder piso, más que nada”.

Llegó al Guadalajara porque sabe que se puede lograr mucho, que su nombre puede quedar grabado con letras de oro si es que hace un buen trabajo y a eso apunta, porque le quiere dar mucho a la afición que cree en él.

 

 



“Siempre he tratado de trabajar, la gente que me conoce anteriormente, de ahora, sabe que siempre trabajo para dar lo máximo. Al inicio no se me daban muy bien las cosas por una u otra manera, pero siempre he trabajado para dar mi máximo, darle alegría a la gente, para llenarme yo porque no me sentía cómodo al inicio, por lo mismo que no me sentía tan adaptado a jugar aquí”.

No tuvo un buen arranque debido a que le costó adaptarse, pero hoy eso es cosa del pasado, aprendió con errores y está concentrado al cien por ciento en dar lo mejor siempre.

“Conforme pasó el tiempo me fui adaptando, me fui sintiendo mejor  y por el tema con Alexis, se tienen que aprender, tengo 23 años, me equivoco, reconozco cuando me equivoco y a final de cuentas, uno debe aprender de sus errores. Fue lo que hice, quedarme callado, trabajar siempre para demostrarle a la gente el por qué estoy aquí y más que nada, aportar lo que puedo a la afición”.

No se atreve a decir que cumplió, porque  “yo puedo decir que cumplí, pero no, siempre quiero más y no estaré conforme con lo que estaré haciendo o con lo que hice. Siempre voy a querer darle más a la afición, más que nada, que por ellos fue por quienes vine”.

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