Son Joel y Bernardo, los únicos, los únicos vendedores que se atrevieron a poner su puesto de camisetas deportivas en el .

Cuando sale el calendario de cada competencia, Bernardo es el que se encarga de fijarse de las fechas relevantes, de los días en que los Tuzos recibirán la visita de un equipo grande, llámese Pumas, Cruz Azul, Guadalajara o el América .

Joel se emocionó cuando Bernardo le dijo que las Águilas visitarían a los Tuzos del Pachuca en la Jornada 1 del Guardianes , ilusión que poco a poco se fue apagando al escuchar como rumor, pero después confirmarse como noticia... El juego sería a puerta cerrada.

Aún así, acudieron a su cita de cada quince días, se pusieron en la entrada del estacionamiento 1, esa que está pegada a la entrada principal, donde llegan los autobuses del equipo, pero... Nada.

Pasaban los minutos y horas y nada, sólo la gente que pasaba de camino a la.terminal de camiones, al mercado. Uno que otro despistado preguntaba: ¿Hay juego?

Hasta que sucedió, llegó el América, junto a ellos, un grupo de fanáticos que corrieron para ver moverse al autobús con el logotipo de los capitalinos... minutos después arribó el de los Tuzos, y junto a ellos alrededor de 20 autos haciendo sonar sus claxons...

El espectáculo duró 10 minutos, 15 máximo, la gente se resignó y se fue..., no sin antes pasar a preguntar al puesto de Joel y Bernardo por las camisetas.. De 50 y 100 los precios, pirata el producto por cierto. La euforia pasó, vendieron tres, quizá cuatro y antes de que dieran las ocho de la noche, guardaron su puesto.

-¿Se vendió algo? Se les preguntó... "Mmm, nada, todo muerto, como era a puerta cerrada", dijo Joel.

 

"Apenas para la gasolina", agregó Bernardo quien apuró a su socio y amigo para irse a ver el juego...

"Ya no es negocio, por lo menos no en este torneo, por culpa de la coronavirus", es lo último que dicen los únicos vendedores que se atrevieron a poner su puesto en el estadio Hidalgo.

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