El uruguayo Gustavo Matosas concluyó su paso como director técnico de la selección de Costa Rica

sometido a un intenso repudio en su contra en múltiples sectores costarricenses por los motivos para renunciar, desde la dirigencia futbolística y los medios de comunicación hasta las redes sociales y los ámbitos deportivos, en una controversia que pasó por su vida amorosa.

Matosas

, quien dimitió el miércoles, guardó silencio ante los ataques.

La Federación Costarricense de Fútbol (FEDEFUTBOL) le acusó este jueves de irrespetar a Costa Rica, por los contradictorios alegatos que planteó el miércoles para dimitir, primero en privado ante dirigentes federativos y luego públicamente con medios de prensa.

En un boletín, la Federación alegó que “las razones” que Matosas expuso el miércoles para su salida ante miembros de su Comité Ejecutivo “fueron diferentes” a las que expresó públicamente ese mismo día, “lo cual se considera un irrespeto a la FEDEFUTBOL y al país”.

Para ratificar su malestar, la Federación canceló una disposición inicial, para que Matosas dirigiera al seleccionado este viernes en un amistoso contra Uruguay en esta capital y estuviera en el cargo hasta el próximo martes, y optó por la desvinculación “inmediata”, por lo que “no estará en el banquillo” en ese juego. El costarricense Douglas Sequeira, asistente de Matosas, dirigirá a Costa Rica.

Según la información que trascendió en esta ciudad, Matosas argumentó ante los federativos que recibió una oferta para dirigir en el balompié de México. En rueda de prensa el miércoles, aclaró que “todavía no dije el sí” al equipo mexicano.

Al informar ese mismo día de la renuncia, el presidente de la Federación, Rodolfo Villalobos, explicó que el uruguayo ejecutó una cláusula para pagar la recisión del contrato por la oferta del futbol mexicano.

La Federación se enteró de que Matosas se vincularía a un equipo de México, por lo que la dirigencia le contactó el miércoles para dialogar y el uruguayo confirmó su dimisión y su apego a la cláusula, narró Villalobos, al admitir que “nos toma por sorpresa”. Villalobos contrató a Matosas en octubre de 2018.

Pero el principal alegato de Matosas ante los medios de comunicación fue que casi nunca dispuso de la totalidad de los seleccionados para su trabajo, que se sintió de vacaciones y aburrido y que esencialmente es técnico de clubes y no de selección. “No es lo mío”, insistió, mientras que en otras declaraciones advirtió que en Costa Rica es difícil trabajar.

La reacción contra Matosas estalló en medios de prensa.

El periódico La Nación, de esta capital, recordó que Villalobos aseguró el miércoles que el finiquito con Matosas fue cordial y respetuoso, pero que “el panorama ya no parece tan amigable. Todo cambió. No pasaron ni 24 horas para variar una determinación que fue criticada desde el primer minuto” por pretender mantenerlo en el choque con Uruguay.

Matosas deja sus “vacaciones”, publicó.

Varios directores técnicos costarricenses censuraron la actitud de Matosas.

En redes sociales y otros ámbitos se atacó al uruguayo por su deficiente rendimiento—cuatro derrotas, tres victorias y un empate desde que asumió en enero de este año—, por su salario, de unos 50 mil dólares al mes, y hasta por detalles que trascendieron públicamente de su vida privada amorosa en playas y centros nocturnos costarricenses.

Costa Rica fue la primera experiencia del uruguayo con un seleccionado, tras dirigir clubes en Uruguay, Perú, México, Arabia Saudita, Paraguay y Argentina.

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