Todos de entrada muy formalitos, muy bien portados. De traje y con cubrebocas. Pero nada más comienza el juego y las formas se rompen, los protocolos no se respetan.

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En Miguel Herrera , técnico del América no es novedad, el Piojo solo lo usa para quienes lo critican dejen de joder y Paulo Pezzolano , entrenador de los Tuzos del Pachuca pues también lo dejó de lado, rompió las formas y echó de lado la protección.

El mensaje está más que claro y más que dicho, el uso del cubrebocas es el principal escudo en contra de un contagio por Covid-19 , una enfermedad que no es para tomarse a la ligera.

 

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Las excusas son muchas, que los jugadores ya se hicieron exámenes, que todos los que están en el campo se encuentran sanos o que las instrucciones no se escuchan.

Pues ni lo uno ni lo otro. Los contagios que se han dado en este inicio de torneo, sólo demuestra que a pesar de todo el cuidado que se tenga, el riesgo está latente y que ni una instrucción vale tanto como la salud. Por ahí dijeron, si no se oye, que usen megáfono.

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