Honduras y El Salvador

definirían el único boleto que había disponible para la Concacaf en el Mundial de , el otro fue para el anfitrión.

En el primer juego, en Tegucigalpa, los catrachos ganaron 1-0; en el segundo, en San Salvador, los cuscatlecos arrasaron con un 3-0. Según las reglas de aquella época se debía disputar un tercer partido para definir al clasificado y éste fue en el Estadio Azteca de la Ciudad de México, donde El Salvador ganó por 3-2 y así obtuvo el boleto a su primer Mundial.

En los tres partidos se había presentado marcada violencia, violencia que hacía crecer la tensión entre los dos países centroamericanos, tensión surgida por problemas territoriales y de migración de campesinos.

Tres semanas después de aquel juego, surgió La Guerra del Futbol.

 

En la frontera entre estos dos países, los problemas se agravaban. Durante muchos años los campesinos salvadoreños cruzaban a Honduras para trabajar, al tiempo se sintieron dueños de las tierras en que laboraban, el gobierno catracho los expulsó, el salvadoreño se indignó, la violencia creció, y aquel partido de futbol acabó por encender la mecha.

El 27 de junio de 1969, El Salvador le ganó 3-2 a Honduras.

Ese día, las relaciones diplomáticas entre los países se rompieron.

El 14 de julio El Salvador invade Honduras.

El 15 de julio, las tropas salvadoreñas tomaron la ciudad llamada Nueva Ocotepeque.

En las calles de Tegucigalpa se leía en las paredes: “Nadie le gana a Honduras”... “Vamos a vengarnos de ese 3-0”.

El 18 de julio la OEA negoció un alto al fuego y el 20, las tropas salvadoreñas salieron de territorio hondureño.

Así llegó a su final La Guerra del Futbol, que costó alrededor de 10 mil muertes, entre soldados y civiles. Y un clasificado al Mundial.

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