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Santa Clara.— El reloj de Diego Lainez marcha más rápido que el de cualquier otro. Los lapsos se mueven y el mexicano intenta mantenerse al ritmo.

Con 18 años de edad, el atacante del Betis puede presumir más logros que miles de futbolistas que han tenido largas trayectorias. En muy poco tiempo ha experimentado casi todo lo que el futbol puede otorgarle a cualquiera. Lainez aceptó que su proceso como profesional ha sido muy veloz, situación que, en ocasiones es difícil de asimilar pero que le ha otorgado muchos beneficios. “En tan poco tiempo he podido escalar rápido y no dejo de trabajar para seguir creciendo”, comentó.

Ricardo La Volpe se atrevió a lanzar al muchacho de 16 años, con el dorsal 340 en la espalda, a una cancha con 21 hombres de cacería, de los cuales, 11 podrían haberlo lesionado por su aspecto flacucho. El tiempo se ha movido muy rápido para el atacante. En 24 meses su vida ha dado giros, todos positivos. Durante ese lapso, el jugador escaló en las categorías inferiores de la Selección Mexicana, se llevó los reflectores en el torneo Esperanzas de Toulon, debutó en el Tricolor, se coronó con el América y firmó con un club de la liga española. “Todo esto, tan rápido, me ha ayudado a mantenerme motivado y a no parar”, subrayó Diego.

Un mes después, Ricardo Ferretti lo debutó con la Mayor. Miguel Herrera, timonel en Coapa, nunca le aseguró un puesto titular; Diego compitió con Cecilio Domínguez, Andrés Ibargüen y Renato Ibarra. Para la Liguilla del Apertura 2018 se ganó su sitio y fue titular en la final contra el Cruz Azul. Con el trofeo en manos –y con la presión de su familia– Lainez firmó con el Betis, por 15 millones de euros (18 mdd) y cinco temporadas.

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