Los Patriots de Nueva Inglaterra y los Broncos de Denver suelen pelear por la supremacía en la AFC. Su duelo se ha convertido en un espectáculo anual.

No esta vez.

Éste se parece a cualquier otra cosa, pero no a un estelar choque entre los equipos que han ganado los últimos tres Super Bowls.

Los Patriots (6-2) llegan a Denver en su posición acostumbrada: dentro de la lucha por ser los sembrados número uno de la AFC. Aunque ahora presentan una extraña mezcla, formada por la mejor ofensiva de la NFL, el cada vez más sólido Tom Brady, una serie de lesiones, su inconsistente línea ofensiva y la peor defensiva de toda la liga.

Los Broncos (3-5) quieren liberarse de un mes en el que tienen cuatro derrotas consecutivas, todas por una diferencia de dos dígitos, y varios yerros exhibidos, que incluyen malas selecciones de Draft, pérdidas de agentes libres, pésimas tacleadas y equivocadas llamadas de juego.

Denver ha sido superado 41-3 en el primer cuarto durante este lapso, lo que llevó al quarterback Trevor Siemian a la banca y dio la titularidad a Brock Osweiler. Por si fuera poco, su defensiva —en teoría, llena de estrellas— perdió toda la fe la semana anterior, al caer en Filadelfia por una diferencia de 28 puntos.

El panorama luce muy favorable para los campeones.

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