Bien dicen que en el deporte se cuentan historias que están lejos de los cuentos de hadas. Tal es el caso de Nick Foles, mariscal de campo de los Eagles de Filadelfia y quien se ganó el trofeo al Jugador Más Valioso (MVP) del Super Bowl LII.

El gran juego que dio en el US Bank Stadium en donde consiguió 373 yardas aéreas, tres pases de anotación y además se dio el lujo de anotar un tochdown, le valieron para convertirse en el Jugador Más Valioso por encima de la leyenda, Tom Brady.

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