El futbol americano colegial en los Estados Unidos ha cobrado tal importancia, que ni el presidente se pierde los partidos más prometedores . Incluso, parece haberle llevado mala suerte a una de las escuadras protagonistas.

El partido de este sábado entre el Crimson Tide de Alabama y los Tigers de LSU dio de qué hablar durante toda la semana, no sólo porque se trató de un duelo entre dos potencias del ranking NCAA , sino porque anunció que estaría presente, lo que provocó una ola de expectación sobre la posible reacción del alumnado en la tribuna .

El mandatario aterrizó en Tuscaloosa cerca de las 2:00 p.m. y, minutos antes del inicio, el Bryant-Denny Stadium ya estaba abarrotado, pintado -casi en su totalidad- con la tradicional marea roja de la Universidad de Alabama , que, en días previos, descartó castigar a los estudiantes si abucheaban al también empresario.

Recién comenzado el primer cuarto, Trump y su esposa Melania fueron proyectados en la pantalla del inmueble y, como si se tratara de un hijo pródigo del campus, la multitud se le entregó en ovaciones que duraron casi un minuto -hasta que llegó el momento de entonar el himno nacional- y se repitieron cada que su rostro era enfocado.

El denominado ' Juego del Siglo ' transcurrió sin complicaciones, pero Alabama , que arribó como número uno, sucumbió ante los de Louisiana State , tras una primera mitad de imponentes y constantes zarpazos en el emparrillado, aunados a un Tua Tagovailoa fuera de ritmo. La emoción que el político más influyente del planeta generó de inicio en la afición fue desvaneciéndose conforme avanzaba el cronómetro.

El descanso llegó con marcador de 33-13, en favor de los Fighting Tigers , que para el tercer y cuarto periodo sufrieron más, aunque un "drive" comandado por Joe Burrow al inicio del último cuarto ayudó a no perder la ventaja. La hazaña de los rojos estuvo cerca, pero a falta de dos minutos para el final, el corredor Clyde Edwards-Helaire anotó y dio un respiro a los visitantes. Un pase de Tagovailoa significó un regreso de más de 70 yardas que apretó el marcador, pero no lo invirtió.

El 46-41 significó el fin de una racha de 31 victorias consecutivas en casa para Alabama . Muchos en la comunidad del Crimson Tide responsabilizarán a los jugadores y coaches; algunos otros, al invitado de honor: Donald Trump .

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