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Es una constante. Cada jornada, el Pachuca presenta en su alineación a ocho o nueve jugadores mexicanos, y la gran mayoría egresó de su cantera. Y también es persistente que del lado americanista haya cinco extranjeros, o más, en su cuadro titular; en ocasiones, ninguno de sus futbolistas fue formado en el club.
Ambas filosofías se ven las caras este fin semana y la frase es repetitiva, pero congruente: La cantera se enfrenta a la cartera.
“Cada quien tiene su forma de trabajar, ¿no?”, menciona Erick Sánchez, jugador surgido de las fuerzas básicas tuzas, claro ejemplo de que la inversión a largo plazo puede rendir frutos. Al igual que adquirir el talento fabricado en otra parte.
“Pachuca siempre ha sido de producir jugadores y lo hace año con año. Otros equipos quizá tengan que comprar, aquí en México o en el extranjero, pero no pasa nada”, afirma el Chiquito.
El volante es un convencido de que el trabajo en fuerzas básicas sacará adelante al futbol mexicano: “Hay que confiar en la cantera. Aquí eso no pasa desapercibido”.
Además de la labor abajo, también hay que mirar al mercado externo: “Tenemos muchos canteranos y extranjeros de experiencia, que combinan muy bien y ayudan para seguir creciendo. [Gustavo] Cabral, [Óscar] Ustari, Avilés [Hurtado], [Óscar] Murillo , nos ayudan a ganar partidos y también a formar jugadores. Es una gran combinación”.
Cada semestre, a Pachuca llega un sinfín de jugadores llenos de sueños. Algunos se van, no volverán; otros se quedarán y pelearán por un lugar. “Llegué a jugar un amistoso y días después me llamaron para hacer una prueba... Mi sueño era jugar con los canteranos de esos años: Rodolfo Pizarro , el Guti [Erick Gutiérrez], disputar el puesto con gente como el Burrito [ Jorge Hernández], y con algunos hasta jugué; los demás, se fueron... Y ahora es emocionante ver a los chavos nuevos tener esa hambre de ir por tu puesto. Ese es el ciclo que se vive en Pachuca, aunque respeto la forma de ver el futbol de otros clubes... Cada quien”.
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