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Las Vegas.— Bajo las ardientes luces de las marquesinas de las casas de apuestas, Saúl Canelo Álvarez aparece de nueva cuenta con los números que presagian derrota.

Por tercera ocasión en su carrera, el mexicano no es favorito para el triunfo, un lugar tan desconocido que hasta ahora no ha podido salir de él.

Esa noche Canelo empató, un triunfo moral en su carrera, pero derrota para sus seguidores y confirmación para los expertos que cada que le colocan la etiqueta de underdog, aciertan.

En septiembre de 2015, contra Floyd Mayweather Jr —el primer gran reto del Canelo—, los apostadores determinaron que las condiciones defensivas y experiencia del estadounidense se impondrían, y no fallaron. El tapatío fue aleccionado y exhibido a lo largo de 12 rounds.

El mexicano subirá al ring 364 días después de su actuación contra el kazajo debido al doping positivo por clembuterol, que arrojó en febrero y que provocó la cancelación de la pelea del 5 de mayo. Ambos boxeadores perdieron decenas de millones de dólares.

Si bien son escasas las ocasiones en que Las Vegas no va con el tapatío, lo preocupante para él es que no ha podido callar a los que no creen que puede ganar cuando es el Lado B de las apuestas.

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