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le costó tanto su primer combate en los XXXII Juegos Olímpicos que, tras derrotar al croata Luka Plantic (4-1), debió ir a un control médico para revisar que no pase a mayores. Eso sí, los golpes recibidos no mermaron su ímpetu.

El boxeador mexicano está a una victoria de asegurar la presea número 14 que el pugilismo le dé al deporte mexicano en la máxima justa deportiva del orbe. El problema es que su próximo adversario será el cubano Arlen López , actual monarca semipesado, mañana.

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Seguro de sí mismo, Romero adelanta que enfrentará el combate “con toda la actitud y no es nada del otro mundo, porque también se cae. Intentaré ganar, porque debo salir así”.

Rogelio

está muy ilusionado, pero también reconoce que debe mejorar bastante para imponerse a un rival tan calificado: “Me siento con un compromiso grande conmigo para mejorar en la siguiente pelea, porque tengo que hacer cosas que no realicé en la primera”

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