Recuerdo siempre, lo hago de nuevo, que el pintor Francisco Toledo se interesó por mis palabras cuando alguna vez le dije que el alcohol nos hace expertos en los estados del alma

Lo que pudo ser una forma conveniente dar la cara o de mantener un diálogo con la sociedad, se convirtió en un espectáculo nocivo que despilfarra el tiempo de acción

En varias ferias literarias tuve que soportar a escritores insufribles quienes, en ver-dad, daban por un hecho irrefutable que sus obras tenían alguna clase de valor

Que una epopeya lúdica, en esencia humanista y pacífica, se lleve a cabo en un país en el que se tortura a las mujeres adúlteras y se castiga con pe-na de muerte a los homosexuales es un despropósito y una grosería colosal

La celebridad mantiene una de las funciones primordiales de la vida humana: hacer conciencia de la absoluta nulidad de la sabiduría y ejercer el ridículo

Siendo escritor, algo inadaptado si se quiere, creo que lo correcto es escribir lo que se nos venga en gana, pero sin extraviar el sentido estético de las palabras