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No hay rastro del optimismo con el que la Selección Mexicana inició su aventura mundialista. Con la eliminación a manos de Brasil, difícilmente los jugadores se han dejado ver.

Del entrenador Juan Carlos Osorio no se sabe cuál será su próximo paso, ante las tentadoras ofertas que le han surgido poco antes de salir del continente europeo. La Federación de Estados Unidos ya preguntó por sus servicios.

El miércoles transcurrió con incertidumbre para la prensa y uno que otro aficionado que se enteró del posible arribo de algunos tricolores. Pero nunca se les vio entre la marea de pasajeros que desfilaron en la puerta de llegadas internacionales del aeropuerto de la Ciudad de México.

“¿Ya llegaron, ya pasó alguien?”, preguntaban aficionados a diversas horas, con la esperanza de tener un autógrafo a cambio de un mensaje de aliento para sus héroes tricolores, quienes los llenaron de esperanza durante las primeras semanas del Mundial.

¿Por qué? Porque se atrevieron “a imaginar cosas ching...”, como recientemente incitó Javier Chicharito Hernández.

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