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San Petersburgo.— Para qué ponerse límites cuando la calidad y el trabajo permiten ir más allá de lo imaginado. Esa parece ser la filosofía en la selección de Francia, que se ha acomodado al principio de la lista de favoritos para ganar la Copa del Mundo.

Aunado a que no quedan eternos candidatos como Brasil, Alemania y Argentina, el futbol desplegado por Les Bleus les da la etiqueta de favoritos para adjudicarse el certamen que ganaron hace dos décadas, cuando fueron locales.

“Tenemos una gran oportunidad de pasar a la historia. Tenemos un gran equipo, con una combinación perfecta de juventud y experiencia”, comentó el capitán galo, Hugo Lloris.

El portero aseguró que en lo que va de la Copa del Mundo “no hemos conocido algún límite y eso nos hace más fuertes”.

Y así se comportan, aunque queda la impresión de que juegan conforme lo que les presenta el rival. Hasta ahora, pese a estar en semifinales, da la impresión de que todavía no se muestran a plenitud, lo que hace soñar a su gente.

Por eso resulta tan interesante el duelo de hoy contra Bélgica. “Vamos contra un equipo que tiene una gran capacidad ofensiva. Los jugadores de Bélgica son rápidos y eficaces. Necesitaremos toda la concentración posible para seguir adelante”, agregó Lloris.

Y será, según los pronósticos, uno de los partidos más técnicos de todo el torneo, con un alto nivel de contenido futbolístico, del que los galos esperan sacar ventaja, con la frescura de sus delanteros.

Por su parte, el técnico Didier Deschamps prefirió quedarse ajeno del futurismo y de sentirse campeón antes de tiempo, sin importar las buenas sensaciones que da su equipo. Ni siquiera cuando le recordaron que ya levantó un título como jugador.

“Por ahora, sólo estoy en el club de entrenadores que ganaron un Mundial como jugador y que luego llegaron a unas semifinales como técnicos. Después del partido me pueden preguntar otra vez”, dijo, con mucha serenidad.

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