Cuando apenas tenía 26 años de edad y estudiaba el posgrado en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Luis Ernesto Miramontes Cárdenas , sintetizó la noretisterona — ingrediente activo de la píldora anticonceptiva — e hizo posible la elaboración de los primeros anticonceptivos, dando una nueva concepción social a la sexualidad.

Hace aproximadamente 70 años, el estudiante de Química de la UNAM, — propuesto como candidato a obtener la Medalla Belisario Domínguez —, empoderó a las mujeres de todo el mundo, ayudó a los gobiernos en el control de la natalidad y contribuyó la planeación familiar.

A 15 años de su deceso (2004) la Universidad Nacional recordó su legado en conferencia de medios, a la que asistieron sus hijos Luis, Pedro y Ruth Miramontes Vidal; además de Blas Flores Pérez, jefe del Departamento de Química Orgánica de la Facultad de Química (FQ); y Ruth Jaimez Melgoza, coordinadora de Investigación en el Departamento de Farmacología, de la Facultad de Medicina (FM).

Miramontes Cárdenas llegó a la Ciudad de México becado por el gobierno de Nayarit para ingresar a la Escuela Nacional Preparatoria, en San Ildefonso, y después a la Escuela Nacional de Ciencias Químicas, hoy Facultad de Química, donde se tituló como ingeniero químico.

Hacia 1949, George Rosenkranz (químico mexicano) recibió el encargo del laboratorio Syntex para integrar un equipo de trabajo en México y hacer estudios de síntesis de progesterona; así, en colaboración con la UNAM.

En agosto de 1961 salió al mercado de Estados Unidos la píldora anticonceptiva y generó polémica con los conservadores y la Iglesia. Hubo una oposición más grande que la de ahora sobre la legalización de drogas como la mariguana.

Usar “la pastilla” era pecado y era causa de excomunión. Muchas feministas, que tenían clínicas de educación sexual, acabaron en la cárcel. Un caso muy sonado fue el de Margaret Sanger, que fundó una clínica de planificación familiar.

“El poder de la mujer para decidir qué hacer con su cuerpo le dio gran satisfacción”, comentó su hijo Luis en el edificio Mario Molina, de la FQ. “Él decía que no creó la píldora, pero sí la hizo posible”.

Gabriela Miramontes agregó que “era una época diferente. La educación sexual no existía, recibíamos orientación de la madre, de la abuela o las tías. Él manifestó su orgullo al ver que en muchos países las mujeres podían controlaran su cuerpo y el momento de tener o no tener hijos”, lo que las catapultó en el mercado de trabajo y detonó su diversificación laboral.

Miramontes Cárdenas es considerado uno de los cinco investigadores latinoamericanos más sobresalientes de todos los tiempos (BBC, 2009) y uno de los ingenieros químicos que cambiaron el mundo (revista TCE Today, 2010).

En 2000, la noretisterona fue nominada una de las invenciones más significativas en los últimos dos mil años por personajes que incluían a Premios Nobel. En 2003 fue nombrada una de las 17 moléculas más importantes en la historia. En 2004, la vigésima más relevante de todos los tiempos, en Reino Unido.

La oficina de patentes de Estados Unidos también consideró la píldora uno de los 60 inventos más importantes de la humanidad.

En 2005, una evaluación de la Academia Mexicana de Ciencias concluyó que la síntesis de la noretisterona es la mayor contribución científica de nuestro país al mundo, y en 2010, Innovadores de América nombró a Miramontes Cárdenas como uno de los iconos y leyendas de este continente. En una lista de grandes inventores, USA Inventors Hall of Fame, aparece junto a Pasteur, Alba Edison, los hermanos Wright, Goodyear.

Finalmente, Pedro Miramontes Vidal rememoró: “sintetizar la noretisterona no le representó ingresos adicionales, aun así siempre fue generoso. Ayudaba a quien se lo pidiera. Mi mamá le decía que debía cobrar porque iban a patentar, pero a él no le importaba. Hace falta gente como él, con su nivel de conocimiento, humildad y generosidad”.

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