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El obispo de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel, ha sido muy valiente al enfrentar un problema que las autoridades no han podido, consideró el padre Omar Sotelo, director del Centro Católico Multimedial (CCM).

El presbítero comentó que la realidad que enfrentan los sacerdotes en Guerrero es muy difícil, por lo que los sacerdotes tienen que tratar con integrantes del crimen organizado, puesto que se trata de un estado muy lastimado por la violencia y la presencia de grupos delictivos.

Resaltó que como Iglesia no pueden “cerrarse a nadie” y tienen que tratar con criminales, en especial aquellos que ejercen su ministerio en comunidades alejadas como rancherías, en las que hay presencia de grupos criminales.

“Es muy valiente, está haciendo lo que otros han dejado de hacer y por eso el narcotráfico ha crecido tanto. Nos damos cuenta que las autoridades no hacen nada, los ciudadanos tenemos que actuar”, expresó.

Señaló que ante la situación de violencia que prevalece en gran parte del país, las autoridades han quedado rebasadas, debido a que las instituciones municipales.

“Muchos lo han criticado, incluso autoridades, pero es muy fácil emitir una crítica desde la burbuja de las oficinas en la Ciudad de México, no es lo mismo vivir y acudir a esas zonas, conocer la realidad de esos pueblos donde la violencia es cotidiana, es una tierra de cárteles. Quien tenga una propuesta diferente [a pactar con el crimen] que la presente”, enfatizó.

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