Gracias a un sorpresivo correo electrónico Corina Mortola Rodríguez , actriz tapatía de 25 años, pudo llevar hasta el Vaticano las inquietudes de los jóvenes mexicanos en una cumbre mundial convocada por el Papa Francisco.

En entrevista, la licenciada en mercadotecnia y docente de Canto para el Teatro Musical contó la experiencia de participar en el presínodo, un encuentro que tiene lugar estos días en Roma y reúne a 305 delegados originarios de los cinco continentes.

Ella forma parte de un grupo de 10 mexicanos de diversos estados de la República seleccionados para asistir a esa iniciativa, que comenzó este lunes 19 de marzo -con un diálogo abierto en el que participó el pontífice- y se extenderá hasta el viernes 23.

“La llegada del Papa fue un momento épico para los 305 jóvenes que estábamos ahí, una chica de Australia nos decía: 'chicos, se dieron cuenta, ¡es cierto esto!' Creo que todos estábamos en esa misma sintonía y, a la vez ese sentido de responsabilidad de estar acá”, precisó.

Esa asamblea tiene como objetivo preparar una reunión mundial de obispos (el Sínodo), que sesionará en el Vaticano en octubre próximo bajo el lema: “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”.

Como la mayoría de los clérigos son más bien ancianos, Francisco ordenó realizar una consulta amplia a muchachos y muchachas en todo el mundo. Una ambiciosa estrategia que incluyó un cuestionario en línea y esta reunión, entre otras acciones.

Así, mientras tienen lugar las discusiones en el aula principal del Colegio “Mater Ecclesiae” de Roma, más de 15 mil personas alrededor del mundo participan en los seis grupos lingüísticos abiertos, por los propios organizadores, en la red social Facebook.

“Sobre México hemos hablado aquí de la realidad del trabajo, muchos de nosotros salimos de la universidad muy jóvenes y no encontramos trabajo o no tenemos experiencia y eso nos desanima, nos desalienta. Es una dificultad constante”, explicó Mortola Rodríguez.

“Hemos hablado sobre la hiperconexión que existe, las relaciones impersonales son una constante en México, vemos a las familias cenando y están todos con sus celulares, o pasa mucho el que por no querer bajar o ir al cuarto del papá mandas mensajes y eso nos vuelve más distantes”, añadió.

Destacó que la convocatoria de Francisco ha sido amplia y ecuménica, incluyendo a representantes de diversas Iglesias cristianas, religiones y, también, a no creyentes.

Más adelante explicó que, de los mexicanos asistentes, algunos representan a la conferencia episcopal mientras que ella se enteró “vía e-mail”, un correo electrónico que recibió apenas el 8 de marzo y al cual respondió inmediatamente.

Fue su director espiritual –dijo- quien entregó su currículum en el Vaticano y explicó sus antecedentes, “tanto en el arte como en la fe”. Calificó de “mágico” haber sido elegida, “o más bien diosidente”.

“Hemos hablado sobre las inquietudes de los jóvenes, sobre nuestros deseos, sueños y nuestra relación con la Iglesia”, explicó.

“Como lo dijo el Papa, nosotros somos los representantes del mundo joven, somos su voz aquí. Debemos abrirnos y salir al encuentro de todos los jóvenes. Las pláticas que tenemos aquí y el darte cuenta que pasan cosas similares en otros países es muy bueno”, añadió.

Rechazó la idea según la cual la Iglesia católica es cerrada, consideró “muy valioso” que los jóvenes hayan sido llamados a hablar sobre sus vivencias y subrayó que una constante entre los asistentes es no tener miedo “de actuar, de hablar o de opinar”.

Corina Mortola afirmó que, de estos días en el Vaticano, se lleva la responsabilidad de poner en práctica todo lo hablado y compartirlo con los demás jóvenes en su país.

“Para los mexicanos, el mensaje que me llevo es que no perdamos la esperanza y la alegría, sin importar los momentos más difíciles que podamos atravesar”, ponderó.

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