Este viernes no hubo esa adrenalina y emoción que generan el festejo de graduarse de la secundaria. No hubo fotos ni camisas con dedicatorias, ni birretes al cielo y mucho menos abrazos y besos de despedida para Frida, Yaretzi, Emma y Arely.

“Hoy 19 de junio de 2020 doy por clausurado el ciclo escolar 2019-2020. ¡Felicidades a todos los graduados!”, fue el triste mensaje que tuvo que enviar por un video la directora de la Escuela Secundaria Anexa a la Normal Superior de México (ESANS) a todos los jóvenes de la generación 2017-2020, y quienes debido a la pandemia por Covid-19 faltaron tres meses a clases y tuvieron su ceremonia virtual.

Frida, Yaretzi, Emma y Arely son amigas y estudiaron la secundaria en esta institución, pero serán recordadas por formar parte de la generación Terremoto 2017-Covid-19.

Estas niñas no tenían ni un mes de haber ingresado a la anexa cuando el terremoto del 19 de septiembre de 2017 les impidió acudir a clases por aproximadamente tres semanas, ya que su escuela quedó dañada y también por precaución.

Y ahora, desde el pasado 18 de marzo, las chicas llevan más de tres meses en confinamiento en sus casas debido a la emergencia. Ellas dicen temer que les afecte en su preparación para el examen que presentarán para el bachillerato.

Las últimas semanas para las chicas se resumieron en tomar clases por internet, estudiar juntas para su examen de admisión a la prepa, y comunicarse por mensajes de texto y videollamadas para no extrañarse tanto. Las cuatro adolescentes tuvieron que cambiar sus rutinas.

Días antes de la cuarentena, su ciclo escolar avanzaba en dos terceras partes, les faltaba un trimestre por aprobar, pero todo cambió, pues era estar más de ocho horas frente a la computadora para tomar clase, hacer tareas para enviárselos a sus maestros y aprobar el último año de secundaria.

Ahora tienen que estudiar por su cuenta para el examen de la Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Media Superior (Comipems) y así ingresar al nivel medio superior.

Arely tiene 15 años, le gusta leer, la música, estudiar y hacer pasteles. Dice con tristeza que le hubiera gustado estar más tiempo en la escuela y disfrutar lo que le quedaba con sus amigos, pues es probable que no los vuelva a ver.

Jaretzy tiene 14 años y asegura que durante los últimos tres meses ha hecho tareas, trabajos, ha tenido llamadas con sus amigas y ha convivido con su familia, aunque a veces le gana la flojera, reconoce, pero intenta estudiar para el examen de la prepa, lo que sí le genera un estrés, porque sigue pendiente.

Emma acaba de cumplir 15 años y la pandemia por poco le arruina su fiesta, pues la celebró el 14 de marzo; cuatro días después todo se cerró y se decretó el confinamiento. Tres meses después, se siente triste porque la secundaria era una etapa que le emocionaba.

Frida tiene 16 años, vive en Morelos y allá ha pasado la cuarentena. Se siente bendecida por tener un lugar donde estar, tener comida, estar con su familia y un ambiente armonioso porque, dice, no todas las familias logran congeniar.

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