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Intelectuales como Mario Vargas Llosa, José Woldenberg y Enrique Krauze advirtieron que existen señales autoritarias y de intolerancia en el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Mientras Vargas Llosa cuestionó si con el triunfo de López Obrador existe un verdadero avance democrático del país o hay un retroceso, Woldenberg vio “claros tintes autoritarios” y Krauze lamentó que el gobierno descalifique a quienes lo critican y pidió tolerancia.

Durante el foro internacional Desafíos a la libertad en el siglo XXI, organizado por la Fundación Internacional para la Libertad y la Universidad de Guadalajara, el también premio nobel de literatura cuestionó si la llegada de López Obrador a la Presidencia logrará mejorar la democracia o hará prosperar al populismo.

Destacó que hay preocupación y síntomas de que se puede estar construyendo “un sistema paralelo que podría ser peligroso (...) para la democracia. De eso se desprende un llamado, una movilización en defensa de las instituciones democráticas que luego de un periodo tan largo y difícil ha alcanzado México”.

Krauze Kleinbort dijo que no se debe permitir que el gobierno sea intolerante y que ante todos los problemas históricos que tiene el país, debe prevalecer el diálogo, la civilidad, el respeto y la capacidad de escuchar, “valores fundamentales” para la sociedad.

Consideró que si un periodista o un intelectual es objeto de ataques, éste “debe defenderse con las armas de la libertad. El Presidente debe exhibir el más alto grado de tolerancia respecto a la crítica”.

Pidió transparencia en la relación económica entre la prensa y el poder: “Debe de haber la más absoluta y total transparencia en la relación económica de los medios de comunicación con el poder. Es algo que la sociedad exige y los medios están obligados a presentar a la comunidad, pero el gobierno también debe transparentar”.

José Woldenberg, investigador y expresidente del Instituto Federal Electoral (IFE), se dijo preocupado de que se pueda perder lo que la sociedad ha ganado en términos democratizadores. Vió “claros tintes autoritarios”, al señalar que el mandatario “no responde a los argumentos con pruebas, sino con descalificaciones.

“Ante este discurso, es imposible construir un espacio de deliberación medianamente racional.

“Me preocupa el desprecio a la sociedad civil, las formulaciones de la justicia por encima de la ley, el trato que se les da a los órganos autónomos, la relación con el Poder Judicial, los superdelegados y el poco aprecio por las instituciones y su funcionalidad, que ya empieza a dar algunos resultados preocupantes”, señaló.

Héctor Aguilar Camín sostuvo que la democracia por sí misma no sirve para que un país crezca y que es sólo un factor de la necesaria modernización. Alertó que México está ante ciertos cambios irreversibles, los cuales podrían permitir “hablar de un proceso de destrucción de la democracia, mediante procedimientos antidemocráticos”.

Ningún Presidente había concentrado tanto poder, afirmó, desde Porfirio Díaz.

“Estamos en manos de un gobernante que está tratando de construir una larga hegemonía política. No estoy diciendo que quiera reelegirse, sino que su diseño fundamental es de una larga hegemonía que se parece a la del PRI. Es un proyecto ambicioso y muy bien planteado, sin prácticamente ningún contrapeso. Es un Presidente con un poder enorme”, manifestó.

El ministro en retiro José Ramón Cossío señaló que no se han presentado suficientes acciones jurídicas para contender con esta manera de ejercer el poder: “¿Qué pasaría si desde el ejercicio del poder actual, si con las mayorías que se tienen, se fueran rompiendo o quitando algunos elementos constitucionales y permitiéramos que la Constitución perdiera su capacidad de resistencia para defenderse?”.

Federico Reyes Heroles se dijo preocupado por la creación de “verdades alternativas”, las cuales genera el gobierno federal.

“Está mezclada la mentira con valores parciales y eso puede degradar los valores sociales. La gente empieza a pensar que cualquier cosa es real, porque lo dijo el Presidente.

“El proceso de democratización no fue sencillo, pero hubo uno paralelo al crecimiento de la sociedad civil.

“Los que estamos de este lado ahora parece que estamos en la mira de la gestión. Perdón, pero a mayor autoritarismo, menor presencia de la sociedad civil.

“Hay una descalificación de lo mucho y bueno que hemos hecho los mexicanos”, dijo.

Héctor de Mauleón, cronista y columnista de EL UNIVERSAL, consideró que el populismo está ocupando espacios muy grandes en México, aunque se pensaba que ya había sido superado.

Lo calificó como una de las sombras del siglo XX que se habían pensado superadas y mencionó que es una de las prácticas que están ocupando “espacios muy grandes en México. El populismo es uno de los caminos por los que comenzaron los peores derroteros del mundo”.

Refirió que los personajes que son encarnaciones del populismo suelen acompañar sus discursos con afirmaciones “autodeificantes, ellos son la encarnación del pueblo, ellos ya no se pertenecen, son la voz de los otros. Su idea del pueblo da sólo a unas personas y no a otras. El problema es que cuando seres libres intentan o expresan que comprenden el mundo de otra manera, son aplastados y atacados”.

El país está siendo controlado por una sola persona y partido, lo que acorrala la libertad, expresó el escritor.

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