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En medio de la crisis migratoria que enfrenta el país, urge corregir y fortalecer la política bilateral entre México y Estados Unidos para que los problemas se aborden de manera corresponsable, y no como si fuera una relación de bullying, afirmó el Consejo Consultivo Nacional Pensando en México.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el presidente de Pensando en México, Salomón Chertorivski Woldenberg, consideró que los temas de la política migratoria se tienen que resolver “de manera urgente” para buscar un nuevo tipo de acercamiento ante una “dramática” crisis migratoria.

“Es necesario tener una política bilateral donde los temas [sean] de corresponsabilidad y no de un grandote bully que amenaza y nosotros cedemos”, dijo.

Las imágenes que se han dado a conocer sobre la situación de los migrantes en México son “desgarradoras e inadmisibles”, y son un reflejo de que “el problema es complejo”, afirmó.

Hoy, Pensando en México envió al grupo parlamentario de Movimiento Ciudadano en el Senado, el documento Frente a la amenaza: construir una respuesta nacional, en el cual advierte que en los últimos años el establecimiento de un nuevo acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá se convirtió en “el tema único que desplazó a muchos otros de importancia decisiva”.

Además, propuso siete iniciativas para dar una respuesta nacional a la crisis migratoria: organizar una conversación ordenada con integrantes del cuerpo diplomático mexicano; integrar un grupo técnico que evalúe las disposiciones de derecho internacional a las que puede recurrir México ante la amenaza de Estados Unidos; presentar ante la ONU un plan para garantizar un trato humanitario a los migrantes ante la posibilidad de que México sea considerado tercer país seguro. Otras naciones aceptaron esta condición tras recibir compromisos jurídicos y financieros de otros países.

Además, pidió al Senado que convoque una reunión interparlamentaria con los congresos centroamericanos y celebrar una cumbre entre el presidente de México y los de Centroamérica para evaluar la política real; pedir a la ONU que haga inversiones “sostenidas” en Guatemala, Honduras y El Salvador; convocar una reunión urgente entre gobernadores de estados del sur y del norte del país para plantear la estrategia para recibir migrantes, así como desplegar una “política activa” entre posibles aliados que México pudiera tener en Estados Unidos.

“La política de no intervención es una ficción cuando las amenazas y el maltrato del gobierno de Estados Unidos se exhibe, por su propio presidente, como una de las injerencias más agresivas”.

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