La presidenta de la Cámara de Diputados, la panista Laura Rojas, hizo un balance del periodo ordinario que concluyó el pasado 15 de diciembre y aseguró que el PAN demostró ser    institucional y que cumplió lo que prometió, al responder los objetivos de la institución en cuatro meses; además, destacó que ella encabezó la sesión en la que se aprobó el presupuesto 2020 en una sede alterna pese a que su partido no acudió.

Calificó como positivo el récord de reformas que avalaron los diputados y destacó la aprobación de las leyes secundarias de la reforma educativa y el presupuesto del próximo año.

En entrevista con EL UNIVERSAL, aseguró que a un año de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador la seguridad y la economía son los temas que empeoraron y en los que no ha habido resultados, pero agregó que, sin personalizar, son pendientes que el Estado lleva décadas sin resolver.

Es momento, dijo, de llamar a la unidad y a la reconciliación, a un diálogo con una actitud constructiva entre todos.

Aceptó que los bloqueos que asediaron el periodo ordinario fueron los momentos más difíciles, y explicó que se decidió avalar el presupuesto en una sede alterna porque los manifestantes “no se iban a ir”.

¿Cuál es su balance del periodo que terminó?

—Ha sido muy intenso. En términos de productividad legislativa ha sido muy fructífero: la cámara ha aprobado un gran número de reformas legales y constitucionales, como las leyes secundarias de educación o el presupuesto [2020].

[Hay que] destacar que ha habido un muy buen número de dictámenes o de reformas que se han aprobado por consenso.

Empezamos el periodo ordinario de sesiones con un rezago de 108 dictámenes aprobados por comisiones que no habían pasado al pleno para ser votados. Decidimos sesionar también los miércoles a fin de avanzar en ellos.

El balance sí es positivo en términos de trabajo parlamentario, estamos dando buenas cuentas.

Fue su primer periodo como presidenta, ¿fue difícil?

—Por supuesto. Tuvimos muchos bloqueos de diferentes tipos y magnitudes. Una manifestación afuera de la cámara implica un reto porque es [necesario] balancear o equilibrar dos derechos fundamentales: el de la manifestación y la libertad de expresión, también el de libre tránsito, tanto de los diputados como de quienes trabajamos en el recinto, así como el que tienen los ciudadanos de que la Cámara de Diputados trabaje. Entonces sí, siempre fue un reto permanente tratar de conciliar esos dos derechos.

¿Por qué no se usó la fuerza?

—Como presidenta de la cámara opté en todo momento por no pedir el apoyo de la policía, evitando una confrontación que pudiera generar muertos, heridos o que pusiera en peligro la integridad física de los diputados, del personal de la cámara y de los manifestantes. El recinto no estaba preparado internamente para reaccionar ante una amenaza de bloqueo o ante uno concretado, por eso se generó un protocolo de actuación interna para prevenir y decidir rápidamente los pasos [a seguir].

¿Lidiar con los bloqueos fue lo más difícil?

—Sin duda fue de lo más difícil. Insisto, cuidar y sentir el peso de la responsabilidad de la seguridad de todo el personal de la cámara y también de los manifestantes. No había otra salida, teníamos que ir sobrellevando las cosas a efecto de no generar una crisis mayor.

¿Cómo se tomó la decisión de ir a una sede alterna?

—Durante todos esos días a lo que le apostamos fue al diálogo, a la negociación política con los manifestantes a efecto de tratar y escuchar sus demandas. Se atendió absolutamente a todos. Luego se buscó satisfacer sus exigencias.

Una vez que se agotaron las vías del diálogo, de intentar generar acuerdos con los manifestantes, pues se decidió ir a una sede alterna precisamente porque nos dimos cuenta de que no iban, al final del día, a estar satisfechos, no se les iba a cumplir todo lo que pedían y que no se iban a ir.

La razón de ellos de estar ahí, pues era bloquear la aprobación del presupuesto para generar presión. No se iban a ir.

Laura Rojas decidió ir a presidir la sesión en la sede alterna.

—Cuando el PAN luchó para que se respetara el derecho a presidir la Cámara de Diputados dijimos que seríamos institucionales.

La mayoría de la Cámara de Diputados estaba reacia a respetar ese derecho. El principal argumento era que nosotros, por ser un partido de oposición con claras diferencias con la administración actual, íbamos a utilizar la Mesa Directiva para bloquear la agenda del gobierno, que iba a ser un instrumento para ser utilizado con fines políticos y con una visión partidista.

Los panistas que aspiramos a presidir la cámara dijimos que no, que el PAN había ocupado esa posición en otras legislaturas, y que la historia demostraba que éramos capaces de ser institucionales.

Yo sigo siendo orgullosamente panista y sigo creyendo en los postulados de mi partido. Siempre voy a estar agradecida con el PAN y con mi grupo parlamentario por haberme propuesto como presidenta de la Mesa Directiva.

Pero cuando fui electa por los ocho grupos parlamentarios, entonces [me convertí] en presidenta de la cámara y de los 500 diputados.

En ese sentido, mi función en estos meses en los que seguiré siendo presidenta del recinto, es cuidar la institución.

¿Pudo demostrar que usted fue institucional?

—Sí, demostré institucionalidad, y lo único que hice fue cumplir con la ley, con el reglamento.

Hay que recordar que el presidente de la cámara, de acuerdo con la ley, expresa la unidad del lugar.

Eso implica que el presidente del recinto —está también clarísimo en la ley y en el reglamento— está sujeto, finalmente, a los objetivos de la institución propiamente.

Entonces, al final del día eso fue lo que tenía que hacer.

Con esa acción, el PAN, no Laura Rojas, sino el PAN, está demostrando que sí cumplimos lo que prometimos, que sí cumplimos el hecho de que esa posición sí puede responder a los objetivos de la institución y sí puede responder a los de los grupos parlamentarios en su conjunto.

¿Cómo considera esas reformas, las ve efectivas?

—Hay que partir de reconocer que el país sigue teniendo, a un año de iniciada la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, enormes retos.

La inseguridad, la violencia y la economía no están mejor, sí hemos presenciado un deterioro en todos esos índices.

A partir de reconocer esos hechos, esas realidades, que además las reconoció el propio Presidente en su mensaje del pasado 1 de diciembre, yo diría que hay que ponernos a trabajar todos juntos en unidad. Hay que empezar a dialogar.

¿Son buenas las reformas que han aprobado para la administración federal?

—Por ejemplo, en el tema de la Guardia Nacional, que fue una reforma que apoyamos todos los grupos parlamentarios, se le dio la confianza al Presidente, no solamente a ese nuevo organismo.

También ha habido otras reformas ligadas al tema de seguridad y de violencia que han sido apoyadas por todos los grupos parlamentarios. Cuando nos parece que son buenas ideas para México, buenas soluciones, como es este caso, ahí ha estado el apoyo y ahí seguirá.

Sobre la evaluación de la implementación de las reformas, pues hay que esperar.

Concretamente en este tema de seguridad y de violencia no estamos viendo los resultados esperados.

Seguridad y violencia se apoyaron, ahí está el producto legislativo y hasta el momento pues no han dado resultados.

¿Cuál es su balance del gobierno de López Obrador?

—Hay dos temas claros [violencia y seguridad] en los que no sólo no ha habido resultados, sino que estamos peor. No son menores, no se han resuelto, hay que decirlo, en décadas.

Tampoco se trata de personalizar el fracaso, pero son asuntos del Estado mexicano que durante décadas no se han resuelto, pero que en el último año sí se han agravado.

Entonces, partiendo de ese hecho, insisto, creo que es un muy buen momento para llamar a la unidad, a la reconciliación, al diálogo, a una actitud constructiva entre todas las fuerzas parlamentarias, entre todos los ciudadanos y expertos.

Hay que escuchar a los que por décadas han estudiado estos temas y que sin duda tienen mucho que decir al respecto.

¿Tiene alguna anécdota con el presidente Andrés Manuel López Obrador que le haya dejado alguna huella importante?

—Lo encontré en un evento de Estado al que acudimos, pero teníamos en la puerta un bloqueo en San Lázaro.

Él me recomendó tener mucha paciencia, me dijo: “Vas a tener que tener mucha paciencia en estos meses por los manifestantes, hay que tener paciencia”.

¿Cuál es su opinión sobre la oposición actual?

—La oposición está haciendo su trabajo, están haciendo lo que cualquier partido de oposición hace en cualquier democracia, que es defender sus ideas, promoverlas con convicción, con profesionalismo.

También denunciar lo que según el punto de vista de la oposición no se está haciendo bien por parte del gobierno federal.

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