CDMX

.- La tensión se incrementa en la avenida Pino Suárez. Las vallas impiden que alguien cruce, sólo algunos se saltan el cerco de metal para pasar al otro lado. Cuestión de urgencia.

Las sirenas anticipan el paso de los convoys, la gente ya está instalada. "Ahí está, ahí viene el Peje", anuncian, pero no, es una camioneta custodiada que transporta a los reyes de España.

Pasan segundos, "ahora sí, es él" , dicen, pero resulta ser el transporte que trae a las personas de Uruguay, aunque algunos confunden su bandera con la de Guatemala.

Por una pantalla gigante se dan cuenta de que ha tomado Izazaga: "Ya llega, ya llega" .

Se acerca una comitiva lentamente. Pasa un auto compacto con la ventana abierta, pero no, no es el Presidente, es Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, que con una gran sonrisa hace notar su felicidad al saludar a todos. “Y ¿quién es esa?” , preguntan.

Pasan los mandatarios de Cuba, de Venezuela, de Rumania y de Canadá.

Hasta que el sonido de las sirenas incrementa, los micrófonos que anuncian las ofertas de ropa guardan silencio. Todo se da en un minuto; dos motocicletas abren el paso y la periquera carga a los fotógrafos, otras dos motocicletas pasan y ahí está: el carro blanco con las ventanas abajo.

"¡Presidente, presidente!", gritan algunos. "Obrador, Obrador", gritan otros; sin embargo, Andrés Manuel López Obrador no se ve mucho, la seguridad obstruye la vista. “Ahí está, con la banda”, le dice un padre a su hijo mientras el brazo del tabasqueño emerge del interior del auto para saludar con velozmente.

Pasa, seguido por miembros del Ejército , cadetes serios que no desvían la mirada.

Ha pasado un minuto y la euforia se acaba. "Ya lo quería ver así", dice un hombre, quien toma su bolsa y se retira.

Las ofertas de la ropa, vuelven a sonar.

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