“México no está al nivel”, consideró Gabriela Ramos, directora de la Organización para la Cooperación y Desarrolló Económicos (OCDE) y sherpa ante el G20, después de la presentación de los más recientes resultados del examen PISA.

En entrevista con EL UNIVERSAL, consideró que ha habido avances importantes para el país; sin embargo, aún está en un lugar “donde no queremos estar”.

“Tener a la mitad de los estudiantes que se desempeñan en los niveles más bajos en PISA no es donde queremos estar. Sólo 1% de los estudiantes mexicanos se ubican en los niveles más altos en comparación. Es 1% en un país donde tenemos grandes desigualdades, con chicos que van en escuelas tan caras deberían tener un nivel más alto. Un gran porcentaje que se ubica en las tareas más sencillas es un reto muy importante”, dijo Ramos.

Un factor que puede ayudar a mejorar la educación en el país es la certidumbre y continuidad que requieren las políticas educativas; luego de que el país lanzó en mayo pasado su segunda reforma educativa en seis años, dijo que México debe abogar por la continuidad, por lo que pidió al gobierno federal que analice y evalúe las políticas públicas de otras administraciones que pudieron haber funcionado.

Además, un elemento que se ha demostrado que puede tener mayor influencia en la mejora de los sistemas educativos es plantear metas ambiciosas, dar seguimiento a las políticas públicas y asegurarse que el Sistema Educativo Nacional cuente con los mejores maestros posibles.

“Son sistemas educativos con metas ambiciosas, mecanismos de seguimiento y retroalimentación que te permiten medir que estás avanzando o no. Los sistemas de información son importantísimos y medir su impacto. Si tenemos a los mejores maestros, reclutamos a los mejores profesionistas y tenemos incentivos dentro de la administración educativa para premiar a los maestros con mejores resultados, ese es el tipo de preguntas que tenemos que hacernos”.

Sobre las políticas de la administración federal, consideró que no es suficiente con aumentar la entrega de becas y de recursos de transferencia directa, sino que es necesario apoyar a los maestros y mejorar la infraestructura de las escuelas con carencias, pero hacerlo con una estrategia definida.

“La transferencia directa de recursos a las familias en desventaja es importante, pero es una intervención que tiene que verse en un plan estratégico mucho más definido y tiene que haber acciones más allá de la entrega directa de recursos. Requerimos ver de qué manera el gasto por estudiante se enfoca en resarcir estas desventajas”, dijo.

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