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Capacitar a más de un millón 500 mil docentes y adaptar los planteles para que en estos se brinde educación inclusiva son los mayores desafíos que enfrenta la Secretaría de Educación Pública para cumplir con la Estrategia de Equidad e Inclusión que pretende que en 2030 desaparezcan los términos escuela regular y especial, y en cada una de las aulas convivan niños, sin importar si padecen algún tipo de discapacidad.

No es un proceso a corto plazo, aseguró Rodolfo Tuirán Gutiérrez, subsecretario de Educación Superior. Dijo que la universalización de la educación inclusiva lleva entre 10 y 15 años. “Nosotros nos estamos proponiendo lograrlo en 13 años, lo haremos gradualmente, buscando ofrecer la mejor atención en este proceso de transición a las personas con discapacidad, pero también a aquellos con actitudes sobresalientes, hijos de migrantes, indígenas, por supuesto que es un esfuerzo enorme de adaptación y capacitación de los docentes, además de los recursos que se requieren para la adaptación de los diferentes entornos y ambientes escolares”.

En entrevista con EL UNIVERSAL, previo a su nuevo encargo, detalló que en el ciclo escolar 2017–2018, la SEP inició un programa piloto en 200 escuelas de nivel básico y 50 de medio superior, las cuales tienen experiencia en dar educación a personas con discapacidad y cuentan con la infraestructura adecuada para estos fines.

Antes, como subsecretario de Educación Media Superior y ahora en su nuevo encargo, Tuirán Gutiérrez es responsable del programa de inclusión de la SEP. Explica que “hay docentes preparados, pero esta capacitación la vamos a fortalecer, vamos a buscar que esas escuelas brinden la mejor atención y eventualmente estudiaremos lo que tenemos que hacer en el resto de los planteles para garantizar la universalización de un modelo de esta naturaleza”.

Tuirán Gutiérrez comentó que la SEP tiene un modelo que implicó que el sector educativo pusiera particular atención en los segmentos que se ubicaban en “normalidad” y aquellas personas que no estaban en estos márgenes fueron asignadas a educación especial, pero esto también es una forma de segregar y dividir el sistema educativo.

“Es requisito indispensable pasar de educación especial a la inclusiva, donde no exista ese enfoque, esto implicará que la educación especial se integre adecuadamente dentro del desarrollo de las escuelas regulares. Actualmente el modelo es que quienes tengan condiciones para participar en una escuela regular, lo hagan, hay cientos de miles de niños con algún tipo de discapacidad que asisten a una escuela regular y hay otros que no tienen esa posibilidad por las características mismas del tipo de discapacidad que enfrentan y por el hecho de que las escuelas regulares no están suficientemente dotadas de personal especializado con el propósito de atender a esta población”.

En el programa piloto que se implementa, los Centros de Atención Especial se integran y apoyan a los docentes de las escuelas regulares, pero la responsabilidad fundamental sigue en manos de los profesores de grupo. La dependencia ha visitado escuelas privadas que dicen tener buenos modelos educativos para estos grupos y los han estudiado a fin de formular uno nuevo y poderlo probar en estas 250 escuelas con las que inicia la transición hacia una educación inclusiva.

El funcionario lamentó que las menores tasas de acceso a la educación las tengan personas con discapacidad y precisó que otro reto para la Estrategia de Equidad e Inclusión es la gravedad de la discapacidad de estas personas, puesto que aún no se sabe en cómo van a incorporar los planteles educativos la atención a menores de edad con ciertas características, “si vamos a atender a niños con discapacidad visual o auditiva al mismo tiempo o lo vamos a hacer de manera escalonada”.

La educación no es el único problema para aquellos que viven con discapacidad, sino que debe existir un cambio en la cultura de los mexicanos, porque hay familias en las que se limita el movimiento de estos individuos, lo que produce cierto grado de confinamiento, aseguró.

“Es necesario un cambio cultural que favorezca la participación de todos estos seres humanos en el ámbito educativo. En la medida que lo hagamos los vamos a empoderar y así les vamos a acercar igualdad de oportunidades, porque sí es un segmento en el que hay un déficit de atención que debemos superar”.

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