A menos de 15 meses de las elecciones presidenciales de 2024, simpatizantes del presidente Andrés Manuel López Obrador abarrotaron el Zócalo capitalino y Morena mostró su poder de movilización con el acarreo de miles de personas provenientes de todo el país.

La Plaza de la Constitución se fue llenando poco a poco desde antes del mediodía, con contingentes que marcharon desde Reforma y la avenida Juárez, y una hora antes del inicio del mitin se llenó la explanada.

Según cifras del Gobierno de la Ciudad de México, se confirmó la asistencia de medio millón de personas a esta concentración por el 85 aniversario de la Expropiación Petrolera.

A diferencia de la reciente concentración en defensa del Instituto Nacional Electoral (INE), en esta ocasión sí fue izada la Bandera Nacional monumental, al igual que la que se ubica en lo más alto del Palacio Nacional.

En la fachada del Congreso de la Ciudad de México, donde el 26 de febrero fue colgada una lona con fotografías del exsecretario de Seguridad Pública Genaro García Luna y la leyenda “García Luna no se toca”, y del expresidente Felipe Calderón con el título “Sí sabía”, ahora se desplegó una enorme manta en la que se compara a López Obrador por la nacionalización del litio con el general Lázaro Cárdenas por la expropiación petrolera y con Adolfo López Mateos por la nacionalización de la industria eléctrica.

Apropiados de la principal plaza del país, los simpatizantes del Presidente no sólo corearon consignas a su favor, sino algunas en contra de sus adversarios.

Del lado de la Suprema Corte de Justicia de la Nación se colocó un “tendedero” con fotos de los enemigos de la Cuarta Transformación, como los expresidentes Vicente Fox, Carlos Salinas y Felipe Calderón, el diputado Santiago Creel, Genaro García Luna, el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, a quien calificaron de “corrupto y vividor”, y la ministra Norma Piña.

Algunos “defensores de la 4T”, en su fanatismo, prendieron fuego a una figura de cartón de la presidenta de la SCJN, al grito de “¡Fuera Piña!” y danzaron alrededor de ella.

La Plaza de la Constitución fue insuficiente para dar cabida a toda la gente que llegó a bordo de cientos autobuses, camiones guajoloteros y microbuses, que convirtieron en estacionamiento calles como 16 de Septiembre, Circunvalación, San Pablo, Ignacio Vallarta, Madrid, Sullivan, Fray Servando y las avenidas Reforma, Hidalgo y De la República, entre otras arterias.

Estos vehículos, provenientes de entidades como Chiapas, Veracruz, Tabasco, Hidalgo, Tlaxcala, Sinaloa, Estado de México, Puebla, Nuevo León, Oaxaca y Jalisco, colapsaron el tránsito y causaron la molestia de automovilistas y transeúntes.

Alrededor del Monumento a la Revolución fueron estacionados algunos de los autobuses y también ahí, organizadores de este operativo de acarreo se colocaron en una camioneta para dar a los manifestantes una torta de tamal y un vaso de agua de jamaica.

Entre los mayores contingentes, más que el de los mismos petroleros, se contó al del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que, además de numeroso, se distinguió porque sus integrantes portaban playeras tipo polo, camisetas, pants, gorras y hasta cubrebocas bordados con las iniciales del gremio.

También llevaban mantas, banderas, banderines y pendones en apoyo al Presidente.

“¿Cómo no vamos a apoyar a quien nos cuidó durante la pandemia?, ¿cómo no apoyar a quien ha otorgado la basificación a miles de maestros y trabajadores de la educación?”, expresó el dirigente nacional del magisterio, Alfonso Cepeda Salas, ante miles de agremiados.


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