CDMX.- El Bloque de Contención empieza a ser leyenda en el Senado , y vuelve a ganar una votación de mayoría calificada, a la soberbia cuarta transformación , nada menos que en la elección de titular de la CNDH, uno de los cargos de Estado.

Morena y sus aliados jugaron a perder, según se ve el marcador de dos rondas de votación.

De los 77 escaños de los senadores que juntos hacen historia, sólo se juntan 59, en el primer intento, y 67 en el segundo esfuerzo, y a falta de dos terceras partes, la presidenta del Senado, Mónica Fernández Balboa emplaza para el próximo partes a que el pleno ejerza el poder del voto que le da la Constitución para elegir presidente o presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

El gran poder de Morena, que hace a su modo las cosas en cuestión de leyes, muere en la víspera de los días de los Difuntos, y su féretro viene a ser la urna de acrílico transparente en que 119 senadores depositan la papeleta con su voto.

Elegir a quien suceda a Luis Raúl González Pérez, para quien hoy jueves 31 de octubre es la fecha de pasar la estafeta, ha dividido y enfrentado a los morenistas, en sus reuniones de grupo. Se trata de una decisión fundamental para la población, las instituciones, pero también se observa en la correlación de fuerzas de la política nacional.

El coordinador de Morena, Ricardo Monreal Ávila, abre su capa y dice, antes de la sesión que "va a haber dos votaciones", y sin elección alcanzada, "vamos a dar una tercera oportunidad para el martes".

Pasan más de cinco horas de apertura de sesión, resultados de dos votaciones sobre una terna de candidatos a la CNDH, y desahogo de asuntos ordinarios, y se cita para el martes próximo, y Monreal se queda en su escaño que es el centro de mando del Senado durante las sesiones.

El entusiasmo típico de Monreal está, se diría, a todo lo que da. Risar, bromas, juego de palabras que dan para más de un sentido, jococidad sobre eventuales decisiones de peso en el Senado, son parte de ese momento final de un día de trabajo en el salón de sesiones en que se descargan restos de adrenalina laboral.

Monreal en un momento está acompañado por presidentes, como es el caso de Mónica Fernández Balboa (mesa directiva), Eduardo Ramírez Aguilar (Puntos Constitucionales), Julio Menchaca (Justicia), Cristóbal Arias (Gobernación), Alejandro Armenta (Hacienda), y también por el vice presidente del Senado, Salomón Jara. En la burbuja de poder está el secretario general Administrativo, Mauricio Farah.

En recodo de la plática ya se habla de beisbol, el deporte presidencial. Aparece una casaca para Ricardo Monreal de los Astros de Houston, la novena que dice Andrés Manuel López Obrador ganará la Serie Mundial.

Ser quita el saco de coordinador y se enfunda la prenda deportiva de colores azul con franjas rojas, naranja, amarilla, que de primera instancia hace decir a la sinaloense Imelda Castro, si se trata de un emblema gay. Las risas se festejan con risas.

Ni de broma hay quien tenga de favorito a los Nacionales de Washington, que se enfrentan contra los Astros, el equipo preferido de López Obrador. Unánimes los senadores de Morena escuchan la invitación de Monreal a ir a las oficinas de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) a convivir viendo el partido de béisbol.

Así la pasan luego de que se ha frustrado dos veces elegir a Rosario Piedra Ibarra, hacían falta dos tercios de la votación de los presentes. En el primer intento recibió 59 votos; el segundo lugar fue para José de Jesús Orozco Henríquez, quien recibió 44 votos, y el tercero para Arturo de Jesús Peimbert Calvo, con once votos. Los secretarios de la mesa directiva contaron cinco abstenciones.

De inmediato se fueron a una segunda ronda y Rosario Piedra Ibarra agregó ocho adeptos, pero se quedó en 67 apoyadores. El Bloque opositor que suma 50 votos en el pleno pudo apoyar a Peimbert con 48 papeletas y todavía huno tres para Orozco, quien bajó a tercer lugar, y en el área de abstención sólo quedó un voto.

Este resultado es consistente con los argumentos a favor del perfil de la activista de los desaparecidos, con los equívocos en su nombre, expresados en tribuna, pues la llaman: "Rosario Ibarra de Piedra, perdón, Rosario Piedra Ibarra".

La cuarta transformación, todavía en etapa de expansión en las praderas del Estado, busca derribar las trancas de la CNDH, pero ha topado una vez más con el Bloque de Contención, que tiene como patrono a Pitágoras: el PAN tiene 24 legisladores; el PRI, 14; Movimiento Ciudadano, nueve, y el PRD, tres. Si la 4T tiene a sus rebaños reunidos, alcanza 77 votos, y carece de ocho votos para mandar sin freno.

A ello se agrega el planteamiento independiente de Emilio Álvarez Icaza, quien, recuerda, hace diez años, compitió para presidir la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, y hoy es voz crítica en el salón de sesiones.

Será el martes, cuando vuelvan a votar, en urna transparente, y se ha dicho que Rosario Piedra será una vez más la opción de la mayoría.

Una de las tesis para no elegir otro perfil es que desde que se fundó la CNDH, todos los titulares han salido del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y que en época de cambios hay que cambiar este origen que, por lo demás, señalan, ha sido cimiento de una etapa burocrática, y es hora de estar cerca de la gente.

Hoy fue tiempo de ganar, pero con Los Astros de Houston, con el lucimiento, por cierto del sinaloense, José Urquidy, un mazatleco que está cerca de la gente.

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