Tras años de denuncias del pueblo maya por contaminación del agua, el aire y el suelo por parte una mega granja porcícola de la empresa Pecuaria Peninsular, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) clausuró de forma total y definitiva a la empresa ubicada en Santa María Chi, Yucatán, debido al incumplimiento reiterado de medidas correctivas.
La Procuraduría liderada por Mariana Boy Tamborell detalló que, pese a las advertencias sobre el cierre definitivo, la mega granja continuó con la descarga directa de sus aguas residuales sin permiso, acción que contaminó el manto freático, y por la omisión en la caracterización de sus lodos.
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La decisión también se tomó a pastor de las reiteradas denuncias de organizaciones de la sociedad civil y comunidades mayas, que derivaron en que, desde 2021, la Profepa realice visitas de inspección a granjas porcícolas ubicadas en Yucatán en los municipios Muna, Mérida, Kinchil, Izamal, Tizimín, Santa Elena, Conkal, Cacalchén, Hoctún, Hunucmá, Mayapán, Opichén, Maxcanú, Suma, Sotuta, Progreso, Tekax, Tixpéhual, Abalá y Kopomá.
Dentro de estas acciones, Pecuaria Peninsular fue una de las granjas inspeccionadas y a la que se le han impuesto diversas medidas correctivas que no acató.
A partir de la clausura, la Profepa aseguró que buscará que la granja se enfoque en la reparación de los daños ocasionados en la zona, a través de la elaboración de un estudio de daño ambiental y dando seguimiento al proceso de desmantelamiento y adecuado abandono del sitio.
kicp/apr
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