Experimentados abogados nos hacen ver que, al parecer, lo que llegó esta madrugada de España es un tesoro para la Fiscalía General de la República y el gobierno federal.
Imagínense el valor de la información que posee el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin , y que ha prometido entregar a las autoridades para haber recibido un trato tan privilegiado como el que ha recibido hasta ahora.
Nada ilegal, pero sí muy especial, nos dicen.
No hubo fotografías públicas de él en su entrega, tampoco de su traslado, ni de su arribo a la Ciudad de Mexico. No hubo, como en otros casos, imágenes del extraditado bajando del avión, y mucho menos una presentación.
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Se le permitió una valoración de su propio médico, además del de la Fiscalía, y de inmediato fue trasladado a un hospital privado.
Todo esto, insisten, se encuentra dentro del marco legal, sin embargo es una clara muestra de que la Fiscalía General de la República está cuidando su tesoro.
Don Emilio, al parecer, vale su peso en oro, comentan.
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