La deportación de migrantes menores de edad va en aumento en México: de los 17 mil 93 que se registraron en 2017, se incrementó el número a 18 mil 922 niños, sólo de enero a agosto de 2018, la mayoría de ellos provenientes de países que integran el llamado Triángulo Norte de Centroamérica, conformado por Honduras, Guatemala y El Salvador, naciones de donde son originarios los integrantes de la caravana migrante.

Datos de la Secretaría de Gobernación (Segob) detallan que, de los 18 mil 992 niños deportados en estos primeros ocho meses del año, 8 mil 792 provenían de Guatemala, mientras que de Honduras sumaron 7 mil 899, de El Salvador, mil 825, y 102 menores de edad afirmaron ser originarios de Nicaragua.

Del resto del mundo, 84 fueron del Congo, 44 menores de edad provenían de Angola, 43 de Venezuela, 12 de la India y nueve de Ecuador. Sin embargo, también se tiene registro de menores originarios de países lejanos como Eritrea, Costa de Marfil, Vietnam, Uzbekistán, Nepal, Rumania, Irán y Ghana.

Los datos de la Segob señalan que adolescentes de 12 a 17 años sumaron 10 mil 42; de ellos, 3 mil 922 estuvieron acompañados y 6 mil 120, no; en tanto, 8 mil 950 niños deportados tenían entre cero y 11 años, de los cuales 8 mil 361 venían con alguien más y 589 estaban solos.

La dependencia federal informó que Chiapas fue el estado donde más niños migrantes fueron presentados ante las autoridades, al sumar 7 mil 507, seguido de Tabasco, que registró 2 mil 300, y Veracruz y Tamaulipas, con mil 946 y mil 507, respectivamente.

Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la caravana migrante que se encuentra en Chiapas está compuesta por 7 mil 233 personas, de las cuales mil 307 son niñas y mil 70 niños, es decir, uno de cada tres integrantes es menor de edad.

“No se respetan derechos”

Juan Martín Pérez García, director ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México, dijo que, según datos disponibles de los últimos años, México deporta 86% o 90% de los niños que detiene y no se respeta el derecho al asilo ni al refugio, por lo que se tiene  al niño detenido en un albergue, privado de su libertad.

Enfatizó que debido a su edad los niños que viajan en la caravana están en desprotección, pues están fuera de su casa y en una ruta de desplazamiento forzado.  Recordó que el Estado mexicano está obligado a ofrecer protección internacional reforzada a los menores, lo que implica acercarles médicos, alimentos, la posibilidad de refugio y el derecho a solicitar asilo. En ese proceso, dijo, es importante que el Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna) esté presente, acompañando y articulando esfuerzos.

“Cuando van solos [los menores de edad], usualmente la autoridad tiene que intervenir y llevarlos a un mecanismo de protección. El tema es que ahorita no es una cosa tan sencilla, porque es una caravana muy grande y, entre comillas, van acompañados, es decir, van solos, porque no van con su familia, pero van en una caravana, protegidos”, indicó.

Pérez García alertó que los menores ya están sufriendo algunas afectaciones por participar en el contingente, como “insolación o golpes de calor, quemaduras en la piel, afectaciones en su alimentación, una cantidad muy importante de estrés y riesgo a ser atropellados o víctimas de represión”.

Jorge Vidal, director de Programas de Save The Children México, indicó que se estima que hay más de 7 mil personas en el Instituto Nacional de Migración y que  28% son niños y adolescentes que esperan que se resuelva su estatus migratorio, a pesar de que la Ley General de Niñas, Niños y Adolescentes estipula que no deberían ser detenidos.

Dijo que es difícil dar una cifra exacta sobre los menores de edad que hay en la caravana, porque ese dato lo desconocen hasta quienes la conforman. “Así como hay mujeres embarazadas, hay parejas que llevan niños de meses [de nacidos]. Hay situaciones que no son fáciles para un adulto, los veías exhaustos; para los niños y niñas por supuesto que también es sumamente complicado”.

Eunice Rendón, coordinadora de Agenda Migrante, recordó que también en la caravana anterior “había un buen número de menores viajando”, pero ante la gran cantidad que hay en el contingente actual tiene que enfatizarse en que sea considerado el interés superior de la niñez, para vigilar que estén bien, que reciban comida y agua, y que en caso de que necesiten un albergue lo tengan a la mano.

Respecto a que puedan ser blanco de trata o cooptados por el crimen, Pérez García dijo que “en el sentido estricto no [hay riesgo], porque van en una caravana enorme, masiva, pero en cuanto queden fuera de la caravana por supuesto que quedan en peligro de ser víctimas de cualquier hecho delictivo”.

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