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Para muchos, la renuncia de la candidatura a la reelección del presidente estadounidense, Joe Biden, estaba cantada. Pero desde Nueva York a Míchigan, muchos votantes demócratas están ansiosos y sienten como si saltaran al vacío: "No es más que otra etapa de este circo caótico".
La noticia llegó a mitad del domingo. Después de tres semanas de especulaciones sobre su agudeza mental y su salud física, el 46º presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de 81 años, tiró finalmente la toalla.
No buscará la reelección en los comicios del 5 de noviembre frente al expresidente republicano Donald Trump, considerado un peligro para la democracia por millones de votantes progresistas.
"Estoy atónita y feliz, porque por fin se ha tomado la decisión, y ahora el Partido Demócrata puede ponerse las pilas y encontrar una solución", dice a la AFP Barb Katz, una profesora jubilada que visitaba el Museo Presidencial Gerald Ford -y su réplica del Despacho Oval- en Grand Rapids, Míchigan, cuando apareció la noticia en los teléfonos móviles.
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A la vez "triste" y "aliviado", su esposo Seth, de 61 años, lamenta que Biden, que prometía ser un presidente de transición, no haya pasado la antorcha "hace dos años".
Para Tayaba Zahra, una abogada entrevistada en el barrio neoyorquino de Harlem, "su actuación" durante el debate televisado del 27 de junio que abrió la crisis "fue una debacle".
"Creo que puso muy nerviosa a la opinión pública ante su entrada en la carrera presidencial como competidor de Donald Trump, que no deja de ser un anciano" también a sus 78 años, explica.
Tras su anuncio histórico, Biden apoyó inmediatamente a su vicepresidenta, Kamala Harris. ¿El Partido Demócrata le va a secundar y apoyar a la antigua senadora y exfiscal general de California?
"Solo es una etapa más de este circo caótico", dice resignado Seth Katz.
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"Todos tenemos que alinearnos y apoyarla (a Harris). Y no podemos tener peleas internas. ¡Nada de peleas, chicos!", advierte Mary Biggs, una profesora neoyorquina de 58 años. "A mí también me estresa, porque no sé si este país está preparado para elegir a una mujer negra. Pero creo que tenemos que prepararnos rápidamente", explica.
"No estoy segura de qué nivel de confianza tendrán los votantes demócratas en su conjunto en Harris. Pero tiene sentido, es su vicepresidenta", dice también Leah, una editora de vídeo de 23 años, en medio de un partido de béisbol en Washington, la capital federal.
Kevin Beard, gestor informático de 50 años, no oculta su preocupación. "No creo que él (Biden) debería haberse retirado. Creo que es la mejor persona para vencer a Donald Trump", dice este afroamericano en una calle de Brooklyn, Nueva York.
"El día de las elecciones... los votantes independientes, ante el contraste entre Trump y Biden... Biden seguiría ganando", afirma Beard, que se muestra escéptico sobre las posibilidades de victoria de Harris.
"En la vicepresidencia, su papel ha quedado disminuido. Realmente no ha hecho nada", señala.
Pero, sin duda, le dará su "total" apoyo y tratará de convencer a todos sus conocidos "cada día".
"Vivo en Nueva York, crecí con Donald Trump. Sabemos quién es, no es una buena persona", dice, antes de expresar su temor a que "este hombre esté destruyendo" la democracia.
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